WNBA: Skylar Diggins quiere romper el techo de cristal

Es cierto. No hablamos lo suficiente de la WNBA; ni aquí ni en muchos lugares. Tampoco del baloncesto femenino en general ni de muchos deportes donde ellas son las protagonistas. Quizá sea una cuestión de la sociedad, de las audiencias o de falta de información, pero el hecho es que las deportistas femeninas deberían tener el mismo espacio que los masculinos. En plenos playoffs de la WNBA, con una de las mejores generaciones de todos los tiempos, Skylar Diggins-Smith, la estrella de las Dallas Wings, escribió un artículo en Wealthsimple que no han dejado indiferente a nadie en los Estados Unidos.

«Los jugadores en la NBA obtienen el 50% de los ingresos. Para las mujeres, ese porcentaje está en el 20%. Así que antes de siquiera hablar sobre el salario base o algo por el estilo, nosotras no recibimos el mismo porcentaje de los ingresos que aportamos, lo cual es increíble. La gente trata de disuadir este problema y dicen que el baloncesto femenino no es interesante, ya que menosprecian a las mujeres en el deporte y punto. ¡Pero nosotras no tenemos el mismo porcentaje de ingresos! Y la venta de camisetas… nosotras no obtenemos nada de eso. Los hombres sí. Y yo he tenido durante tres o cuatro años una de las cinco camisetas más vendidas en la WNBA». 

«Soy la jugadora mejor pagada de las Dallas Wings y mi salario está por debajo de las seis cifras. [Harison Barnes, el mejor pagado de los Dallas Mavericks, ganó 24 millones de dólares la última temporada]. Definitivamente es más joven que yo. ¿Conoces sus estadísticas? ¿Es un All-Star? Quiero decir, no importa. Pero el último año estuve en el mejor quinteto de la WNBA, donde sólo hay cinco jugadoras y fui All-Star por tercera vez». 

«Pensad en esto y luego tratad de de ver los números trasladados a tipos que son jugadores de banquillo o tipos que nunca salen a pista…». 

«No desacredito ningún trabajo que ellos hacen, pero hay mujeres jugando durante todo el año yendo al extranjero para tener más oportunidades de tener un salario más alto. Nunca he estado en el extranjero para jugar. Estoy con Roc Nation, donde soy la única mujer que ha firmado y tomo mi off-season para explorar otras oportunidades, para trabajar con diferentes marcas y explorar oportunidades de marketing, que Roc Nation y yo, decidimos seguir, como mi campus de basket. Pero el 90% de la liga se va al extranjero. Y esas mujeres juegan durante todo el año, lo que es terrible para sus cuerpos. Es mucho desgaste». 

«Me gustaría saber el éxito que tendríamos teniendo un producto tan bueno si tuviésemos la misma plataforma que tienen los chicos. Pensad en el dinero en marketing que gastan en los chicos, la plataforma que se les da. Oportunidades de marca, acuerdos de TV, ofertas de patrocinio. Es parecido al pollo y al huevo. La gente siempre dice: ‘Bien, deberíais tener más gente en los asientos’, ¡pero nadie nos saca en la televisión! Tenemos partidos competitivos, grandes enfrentamientos; todo lo que haría que las personas quisieran vernos y además, el éxito del baloncesto femenino universitario». 

«Pero raramente veréis la WNBA en la ‘Worldwide Leader in Sports: ESPN’. Raramente les veréis hablando de cualquier deporte femenino en general, sin hablar de los highlights de la WNBA. Sí, LeBron es uno de los mejores atletas del mundo, pero antes mostrarán todo lo que ha comido antes que jugadas de un partido de la WNBA. Fui invitada a His & Hers que presentaban Jemele Hill y Michael Smith y ya no está en ESPN. Reemplacé a Jemele durante el quinto partido de las Finales de la WNBA – Minnesota vs L.A. – Era el último partido que la serie podía tener. Ellos tenían una pizarra donde escribían lo que sucedería en el programa y el quinto partido de las Finales de la WNBA no estaba en la pizarra». 

«Ellos me preguntaron, ‘¿Bien, hay algo de lo que quieras hablar?’ Me burlé un poco y dije: ‘¡U!, ¿Quinto partido de la Final de la WNBA’? Así que simplemente lo garabatearon en una de las pizarras. Fue simbólico ese momento. Es increíble como la WNBA es vista y tratada incluso por la ‘Worlwide Leader in Sports'». 

«Luego está el viaje. Pongamos que tenemos un partido el jueves y otro el viernes y ambos están lejos. Jugaremos el jueves noche, luego cogeremos un avión comercial el viernes – el mismo día de partido – y jugaremos. En la Universidad, todas las que juegan en la Division I alquilan aviones privados. Pero es política de la WNBA que todos viajemos en aviones comerciales, porque si alguien lo hace en aviones privados se consideraría una ventaja. Así que tienes mujeres de 1,90 0 2 metros volando. Una mujer en el aeropuerto vino hacía mi y me dijo ‘¿Vosotras voláis en comercial? ¿Por qué no tenéis vuestro propio avión?’

«Quiero decir, ni siquiera sé que decir. Es ridículo. Es una pena que no nos pongan en posición de tener éxito cuando tenemos el mejor producto. El cambio debe empezar dentro de nuestra liga. Los jugadores deben echar un vistazo a nuestro acuerdo de negociación colectiva. La Asociación de Jugadores tiene que dar un paso al frente. Queremos una liga de la que podamos estar orgullosas, donde nuestras hijas puedan tener la oportunidad de jugar sin problemas. Todavía aguantamos sobre los hombros de las pioneras antes de nosotras que nos dieron la oportunidad de jugar. Como atletas, debemos pelear. Como mujeres, debemos pelear. Y necesitamos más gente de nuestro lado para que pelee con nosotras. Es necesario que haya más mujeres y más personas de color contratadas para que podamos mejorar nuestras historias deportivas. Y necesitamos hombres hablando sobre estas cosas». 

«Definitivamente hay hombres que nos apoyan. Tenemos chicos en diferentes equipos profesionales que vienen y nos apoyan el juego todo el tiempo y se presentan a los partidos con sus hijos y familias. Irás a un partido de las Atlanta Dream y verás a Dwight Howard. Kobe ha llevado a sus hijas al Staples Center. Hemos tenido a jugadores de los Cowboys y los Mavericks en el estadio y nos apoyan».

«No he visto a Mark Cuban en ningún partido. Estoy segura que no lo echaré de menos».

«A veces me faltan palabras hablando de esto. Es desafortunado que los hombres ganen más dinero por el mismo trabajo o a veces menos trabajo. Siempre me pregunto: si tengo un hijo y una hija, ¿Qué les digo? ¿Qué le digo a mi hija si su sueño es jugar en la WNBA? ¿Y qué les digo a las jóvenes de todo el mundo que nos ven como superheroínas y aspiran a ser como nosotras y sueñan con jugar en esta liga»?

Porque nosotras no jugamos solo por dinero. Nosotras amamos el baloncesto. Amamos la competición. Es la mejor liga y la más competitiva del mundo. Tan solo el 1% de todas las mujeres que juegan llegan a este nivel. ¿Pero qué se supone que le tengo que decir a mi hija? Esta falta de paridad entre géneros y la brecha salarial estarán allí, en lo que sea que ella quiera hacer. Ella nunca hará la misma cantidad de dinero que un hombre. Ella nunca hará la misma cantidad de dinero que mi hijo».

«En el baloncesto, la gran diferencia entre hombres y mujeres es que la mayoría de nosotras tenemos nuestros estudios (universitarios) porque entendemos la situación. Entendemos la disparidad en los salarios. Así que muchas mujeres están tratando de empezar todo esto antes, ya sea invirtiendo o empezando con sus propios negocios. Gano más dinero a través de patrocinios que jugando. Estoy con Zappos y Puma en este momento. Estoy con Body Armor. El baloncesto es parte de lo que hago, pero no es solo lo que soy. Intento prepararme para mi vida después del baloncesto».

«Por suerte, en cualquier cosa que haga Roc Nation, Jay Z tiene algo que ver y cualquier cosa que toca se convierte en oro. Él me está ayudando a hacer crecer mi propia marca, que es el poder de las mujeres. Haciendo crecer el juego del baloncesto. Animando a la gente a llevar un estilo de vida activo y saludable. La belleza. Amo todo sobre mi feminidad. Nunca he tenido que sacrificar nada de mi feminidad para practicar deporte». 

Unas cifras que corroboran la brecha

Las palabras de Skylar Diggins no son nuevas en el ecosistema de la WNBA y del deporte femenino. Ya son muchas las voces que se han alzado para pedir un trato igualitario y aunque en los últimos años, el peso de las mujeres en el deporte ha mejorado considerablemente, todavía está muy lejos de ser lógico en la mayoría de casos. Jugadores como Damian Lillard o DeMar DeRozan, ya han reclamado públicamente un mejor trato para sus compañeras. «(Las jugadores de la WNBA) merecen más respeto. Ellas merecen ganar más dinero del que ganan», comentó la nueva estrella de los Spurs en Clutch Points.

Maya Moore, una de las grandes estrellas de la actualidad, hizo historia hace poco más de un mes al ser la primera jugadora, desde 1998, que ocupaba la portada de la prestigiosa revista Slam. También en esta misma temporada hemos asistido a exhibiciones históricas de Liz Cambage, precisamente compañera de Diggins en las Wings; a Diana Taurasi romper todo tipo de récords de anotación o a Breanna Stewart confirmando su entrada en la súper élite ganando un MVP sin discusión. Otro de los pasos al frente lo ha hecho el videojuego NBA Live 19, donde se incluye la liga femenina e incluso se pueden crear por primera vez jugadoras.

En la última lista ofrecida por Forbes donde se pueden ver a los deportistas mejor pagados, no aparecía ninguna mujer entre los 100 primeros. Un dato significativo, pues era la primera vez que ocurría. Serena Williams, que siempre lideraba este ranking entre las deportistas de su género, no apareció en la lista por su reciente maternidad, que le ha hecho perderse varios meses de competición. La tenista estadounidense ocupó en 2017 el puesto 51 con unos 27 millones de dólares anuales en ingresos. Este ranking, publicado a principios de junio, no hizo más que revivir la polémica expuesta en el presente artículo. Más aún si nos detenemos a ver las ganancias de los hombres: 275 millones Floyd Mayweather, 111 millones Lionel Messi o 108 millones Cristiano Ronaldo. El primer jugador de basket es LeBron James, que obtuvo 85,5 millones de dólares, 67 millones más que Williams, que pese a no estar en el top 100 llegó a ingresar 18,1 millones de dólares en 2018. 

El salario medio en la WNBA es de 71.635$ y los salarios iniciales de unos 50.000$, mientras que  Europa empiezan cerca de los 100.000$. En la NBA el salario mínimo es de 582.180$, aunque supera los 2 millones para los veteranos; e incluso los árbitros ganan unos 150.000$ anuales, es decir, más que una campeona de la WNBA. La propia Cambage, una de las mejores jugadoras en la actualidad, lanzó otro doloroso dato en su cuenta de twitter hace unas semanas: «Hoy he descubierto que los árbitros de la NBA ganan más que una jugadora de la WNBA y el 12º jugador de cualquier plantilla en la NBA gana más que un equipo entero de la WNBA». LeBron James ganará 35,6 millones en su primera temporada en los Lakers; Chiney Ogwumike de las Connecticut Sun ha ganado esta temporada 117.500$ siendo la mejor pagada de la liga.

Para los que se quieren quedar en la superficie y defienden que el baloncesto femenino no merece estar a la altura de la NBA por una cuestión simple de números, se aferran a datos como estos: La NBA logró 7,9 billones de dólares en ingresos la pasada temporada, mientras que la WNBA obtuvo 25 millones. La NBA tiene 82 partidos de temporada regular, mientras que la WNBA apenas tiene 30. La NBA tuvo una media de asistencia a los estadios de 16.568 espectadores la pasada temporada, mientras que en la WNBA la media fue de 6.430 espectadores. En la NBA hay 30 equipos, mientras que en la WNBA hay 12. En la NBA hay 450 jugadores, mientras que en la WNBA hay 144…

El baloncesto, el deporte y cualquier trabajo, es mucho más que números. No debe ser una cuestión de tanto ganas según tanto generas. Ni siquiera ellas están reclamando esto; simplemente que si en la NBA se recibe un 50% de los ingresos obtenidos, que en la WNBA sea al menos el mismo porcentaje.

 

 

Sergi Concha: Estudiante de Periodismo Deportivo. Editor de SweetHoops.com. Puedes escucharme en Banana Boat Podcast.
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