Y se puso el 2-2 en las Finales del Oeste 2018. Después de que muchos (sobre todo Charles Barkley) dijeran que Houston no iba a ganar un solo partido más en la serie tras la paliza que los Warriors impusieron en el Game 3 (85-126), los Rockets se llevaron el cuarto partido este martes (95-92) dejando claro que esto sigue abierto. La serie viaja ahora a Texas, con todos los horizontes posibles y varios condicionantes y claves que toca comentar. Estas son las razones que juegan a favor de pensar que o bien Warriors, o bien Rockets, se van a llevar el título del Oeste:
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A favor Rockets
Los Warriors no están bien (de salud): La baja de Andre Iguodala, que puede que vuelva el próximo encuentro, destrozó el quinteto de la muerte que Kerr instauró desde el Game 1, y eso se ha notado. Sin el alero los Warriors son menos Warriors básicamente porque su hueco en el quinteto lo ocupa Kevon Looney, reduciendo su movilidad en ataque y cambiando todos sus esquemas. Si a ello le sumamos que Klay parece tener problemas en la rodilla (10 pts con 30% en tiros en el Game 4), los campeones tienen definitivamente menos mordida. Y eso los Rockets lo saben aprovechar.
Chris Paul parece haberse recompuesto: Tras ganar la serie a Utah las alabanzas a CP3 fueron claras. Al fin se colaba en unas Finales de Conferencia tras comandar a los suyos incluso por delante de Harden contra los Jazz. Pero su rendimiento bajó. Hasta el Game 3 Paul había bajado sus lanzamientos de 19 a 15, es una especia de factor-raptor de amedrentamiento. Este martes, sus 27 puntos y su segunda parte lo devolvieron al tablero. Y nadie tiene más hambre (y más mala leche) que CP3, quitando quizá a Draymond Green.
El equipo tiene aún armas sin activar: Ni Trevor Ariza ni PJ Tucker parecen haber encontrado continuidad en su labor de tiradores desde las esquinas, pero sobre todo Clint Capela se ha visto anulado en la serie. El suizo se está quedando en 9,5 puntos por partido. Es decir, aún no ha aparecido. Es cierto que la defensa de los Warriors, buena especialmente en Playoffs, ha desconectado los pick&roll que tanto gustan jugar al pívot, pero la opción sigue abierta, especialmente si se mantiene la baja de Iggy con un Looney más expuesto a los cambios y las transiciones.
A favor Warriors
Curry is on fire: El dos veces MVP está promediando 24,5 puntos a pesar de no comenzar bien la serie en los dos primeros partidos. En los dos últimos, sus promedios se elevan. La prueba fue que en el Game 4 sus triples mantuvieron a los suyos en liza durante el tercer cuarto (6/13 para él desde la distancia). Curry además parece especialmente motivado. Si él hubiera fallado un mínimo, la mala racha de Klay y el papel algo más discreto de Durant en las derrotas habría sido mucho más esclarecedor
Precisamente, que el equipo no está al completo: Pero no hay que olvidar que estos Warriors son seguramente el mejor equipo de siempre. Las bajas menores de Iguodala y las molestias de Klay solo les dejan mostrar una parte de su potencial. Esto ha sido precisamente importante porque Kerr ha reducido la rotación de su equipo (en el Game 4 solo 46 minutos desde el banquillo por 55 del Game 1), dejando más claras las carencias de algunos jugadores como Nick Young o el rookie Bell. Pero como decimos, es muy posible que Iggy vuelva ya.
El cansancio patente de los Rockets: D’Antoni ha confiando toda la temporada en una rotación que apenas superaba los 8 jugadores con minutos importantes. Incluso en el tramo final de temporada regular siguió apostando por los mismos hombres. Es una declaración de intenciones, el ex de los Suns tiene claro que prefiere mantener enchufados a una serie de cartas que diluir la atención. Pero claro, esto pasa factura. Los Rockets están tirando de tres como siempre pero con peores porcentajes y en defensa James Harden ha mostrado algunas carencias, sobre todo en el Game 3, debido precisamente a esta falta de reposo. Veremos qué pesa más, si las bajas o molestias o los descansos, porque esta serie pinta a 7 partidos.