Había mucha expectación. Tras un par de años realmente flojos, el Concurso de Mates del All Star juntaba en su edición de 2014 un buen abanico de nombres y estrellas importantes de la liga. Sin embargo lo visto en Nueva Orleans se vio hundido por el formato escogido y la organización del evento.
Pese a que la mala elección de enfrentar de a las conferencias Este y Oeste -y la extraña brevedad y apatía de todo el evento en general- se cargaron la noche central del fin de semana de las estrellas, los mates intentados por algunos de los participantes no estuvieron del todo mal.
Por el Este, John Wall se llevó la victoria definitiva gracias a un difícil rectificado sobrevolado a la mascota de los Wizards, Paul George nos dejó al cuarto intento el que seguramente sea el mate más complicado de la noche -360º pasando el balón entre las piernas-, y Terrence Ross mantuvo medianamente el nivel que le dio la corona el año pasado, contando en un mate para las celebrities con la ayuda del cantante Drake.
Mientras, por el Oeste, no se salvaron tanto los papeles. Harrison Barnes puso la parte más gris demostrando una apatía incompatible con un jugador de segundo año, mientras que Lillard y Ben McLemore intentaron dar lo máximo de sí sin conseguir grandes logros. El rookie de los Kings puso una de las notas alegres de la madrugada al saltar el trono sobre el que se sentaba su ‘jefe’ Shaquille O’Neal.