Esta historia no empieza ni mucho menos en Indiana, ni en Orlando u Oklahoma. Esta historia empieza en 2015 en New York, más concretamente en Brooklyn, donde empiezan y acaban demasiadas cosas.
Allí, un frío fin de semana de febrero se disputaba el All-Star de la NBA número 64, un evento por el que toda la Big Apple se volcó, disputándose los eventos del viernes y el sábado en el Barclays Center de los Nets, y el plato fuerte, el partido de las estrellas, en el Madison Square Garden de los Knicks.
Presentado el contexto, toca presentar al protagonista, el cual tuvo la osadía de aparecer en el concurso de mates imitando a Frank Sinatra y cantando “New York, New York”, para asombro de Rihanna o Nicky Minaj.
Victor Oladipo vivía por aquel entonces un momento dulce, en su segundo año en la NBA y acabando esa temporada con 17,9 puntos y 4,1 asistencias, sus mejores números hasta que lleguemos al presente. El escenario era ideal para ver crecer a un joven con talento, los Magic divagaban entre los últimos puestos de la liga, pero para un tipo que se atreve a imitar al gran Sinatra, jugar a perder no le gustaba.
Dos años después aterrizó en Oklahoma, una potencia del Oeste. El reto aquí ya era mayúsculo, nada que ver con lo vivido hasta entonces. Tenía el peso de lidiar con la marcha de Kevin Durant, y en cierto modo, hacerle olvidar. Más que eso su paso en los Thunder será recordado por ser testigo directo, y uno de los mejores socios, de la temporada histórica que registró su compañero Russell Westbrook, MVP de la fase regular tras promediar un triple doble por partido.
Gracias por todo, Paul George
La salida de Paul George de Indiana fue menos traumática de lo que cabía esperar. El que fuese santo y seña de unos aguerridos Pacers durante los últimos años, ya estaba algo cansado del proyecto diseñado en los despachos por Larry Bird, y en las pizarras por Frank Vogel (y McMillan). Tanto tiempo se llevaba barruntando su marcha, que no pareció importar a nadie más que a los analistas, que pusieron el santo en el cielo cuando los Pacers aceptaron cambiar a su gran estrella por un Domantas Sabonis algo verde, y nuestro protagonista Oladipo, que meses atrás había firmado una jugosa extensión de contrato en Oklahoma. Parecía que Sam Presti había cometido el robo del año, que semanas después calcaría con Carmelo Anthony.
Ahora, unos meses más tarde y capacitados para extraer las primeras conclusiones, se puede afirmar que los Pacers han tenido mucha suerte con el traspaso. Oladipo está en el mejor momento de su carrera de lejos. 24,5 puntos, 5,3 rebotes, 4 asistencias, 1,8 robos y 1,1 tapones. Topes personales en todas las facetas menos en asistencias. Lanzando por encima del 48% en tiros de campo y del 43% en triples, también máximos de carrera. Números de All-Star jugando los mismos minutos que acostumbra desde su llegada a la NBA.
No solo él está sorprendiendo, su equipo marcha con un impresionante 16-11, quintos del Este, cuando pocos los veían capaces de luchar por entrar entre los 8 mejores. Sin ir más lejos, les vimos cortar la espléndida racha de los Cavaliers (13 victorias seguidas) con una canasta ganadora de Oladipo. Y vimos endosarle 47 puntos (career high) a los Nuggets en la prórroga. Esta temporada ya ha superado los 30 o más puntos en 5 partidos. La temporada pasada en ninguno.
Un Hoosier que regresa a casa
Volver a casa siempre sienta bien. Hay cientos de casos de jugadores que en su madurez aterrizan, por casualidad o no, en la ciudad donde nacieron, donde se criaron o donde jugaron en su etapa universitaria, y lo hacen con buenos resultados, porqué allí mantienen amigos, familia y recuerdos que les hacen jugar con una doble motivación.
Oladipo escogió la Universidad de Indiana por encima de otras como Notre Dame, Xavier o Maryland, donde pasó su etapa de High School. En Indiana se graduó en Comunicación y Retransmisión Deportiva, y durante las 3 temporadas que defendió la camiseta de los Hoosiers logró unas medias de 10,7 puntos y 5,2 rebotes. Promedios no muy destacados a priori para un jugador escogido en el número 2 del Draft, pero es que Victor destacó por encima del resto en el apartado defensivo, siendo escogido Jugador Defensivo del Año de la NABC junto a Jeff Withey.
La música, estímulo personal y profesional
Volviendo al principio del texto, tal fue la inspiración de Victor en Sinatra, y tales fueron las críticas positivas que recibió tras su actuación en el All-Stat, que Oladipo decidió ir un paso más allá.
El pasado mes de octubre, ya instalado en Indiana, decidió lanzar su primer álbum de estudio: “Songs for you” un disco que cuenta con 7 canciones, entre las que destacan colaboraciones con 2 Chainz o Eric Bellinger.
El ex Thunder, afirma que de pequeño ya escuchaba música muy variada: Swing, góspel, R&B, pop, soul, música nigeriana… Además de saber tocar el piano, por tanto su pasión por la música es algo que ha convivido siempre con su talento para el baloncesto. Ahora que ha logrado conjugar ambas pasiones, le vemos en la cima de su carrera.
En los alrededores del Bankers Life Fieldhouse, han cambiado la letra de la célebre canción de “La Voz”, por un:
“Start spreadin’ the news, i’m leavin’ today. I want to be a part of it. Indiana, Indiana, these vagabond shoes, are longing to stray right through the very heart of it Indiana, Indiana…”
Definitivamente, el swing suena de nuevo en Indianápolis.