Quien no arriesga no gana. Esta es una de las reglas más importantes en la NBA, y muchos equipos han arriesgado todo lo que tenían para encontrarse con grandes aciertos, o en el otro caso, enormes fracasos. El movimiento este verano de Raptors parece que deja claro que la franquicia tenía confianza cero en la plantilla del año pasado y han decidido apostar por Kawhi Leonard, un arma de doble filo.
Tras el reciente fracaso en playoffs cayendo en semifinales barridos por Cleveland (otro año más), parecía que la credibilidad en el proyecto liderado por DeRozan y Casey era nula, y así se ha certificado: tras cortar a su entrenador que resultó ser elegido Entrenador del Año por su buena labor en regular season, ahora han traspasado a su estrella principal a San Antonio, un movimiento que ha sentado muy mal al jugador californiano, al cual la franquicia canadiense le había prometido que no saldría traspasado.
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Muestra de su descontento son sus historias en su cuenta personal de Instagram, donde denuncia la falta de lealtad del equipo por el que ha dado todo. DeRozan se encuentra en el punto álgido de su carrera, con 3 apariciones consecutivas en el All Star Game, y viene de colocarse en las discusiones por el premio al jugador más valioso de la NBA, con un promedio de 23 puntos en en 45.6% en tiros de campo, 5.2 asistencias y 3.9 rebotes en 80 partidos disputados. DeRozan se marcha por la puerta de atrás de una franquicia en la que ha hecho historia, siendo líder histórico en partidos y minutos disputados, así como en puntos y tiros de campo anotados.
Pero DeRozan no ha sido el único en abandonar la disciplina Raptor, pues Jakob Poeltl también será enviado a San Antonio. Tras dos años en la NBA, el austríaco se marcha de Toronto con un promedio de 5.4 puntos, 4.1 rebotes y 0.5 asistencias, ya consolidado como uno de los principales artífices de que el banquillo de Toronto fuese el mejor de la pasada campaña.
Además de los dos jugadores, los Raptors mandan a San Antonio su pick del año 2019, pero con una protección entre el primer y el vigésimo puesto, por si la temporada de la escuadra nórdica fuese un fracaso.
El caso Kawhi 2.0: ahora en Toronto
El culebrón de Kawhi Leonard ya se ha terminado y ha sido en uno de los escenarios menos probables a priori. El jugador había manifestado su deseo de jugar en Los Ángeles, y advirtió al resto de franquicias que no renovaría con ellas en caso de ser traspasado lejos de su ciudad natal. Y así ha sido. Kawhi buscaba la calurosa y cosmopolita costa oeste de Estados Unidos y se encuentra ahora en la fría y gris ciudad de Toronto, la gran venganza de los Spurs por el mal comportamiento del que fue su jugador clave
Al aceptar un traspaso para traer a Kawhi, los Raptors se la juegan todo a este año. Con casi total seguridad, Leonard no renovará con ellos y se marchará a Los Ángeles, dejando a los Raptors en una situación donde la reconstrucción es la única posibilidad. Para evitar esto, los Raptors deberían como mínimo llegar a las Finales, y no es una empresa fácil, pues Celtics y Sixers se plantean como rivales feroces. Aún llegando a las grandes Finales, lo más probable es que Kawhi no se quedase, y es por esto que el movimiento es un «harakiri» con el que volver a empezar desde cero.
Desde luego, el rendimiento y actitud de Kawhi serán claves para que el año de los Raptors sea bueno y puedan aspirar a llegar a las Finales. Si bien siempre se puso de ejemplo de trabajo y disciplina a Leonard, este año hemos visto su lado oscuro, una arrogancia y actitud desafiante nunca antes visto en él. Se ha manifestado que no quería jugar en Toronto, y es una incógnita si jugará, si lo hará pero desganado o si se negará a jugar. Aunque bien es cierto que es Kawhi y aunque se decidiese a no jugar habría ofertas de sobra para él, su valor en el mercado caería en picado, e incluso podría frustrar su sueño de jugar en su ciudad natal.
Además, siempre hay que tener en cuenta que la química es nula y que puede que le cueste adaptarse al estilo canadiense y, quien sabe, igual «reaparece» su famosa lesión. Si a esto le sumamos la falta de estrellas en el roster más allá de Lowry y su aparente poco amor por la ciudad de Toronto hacen menores las posibilidades de una hipotética renovación de Kawhi.
La otra posibilidad que se pueden plantear los Raptors es traspasar a Kawhi los días antes del cierre del período de traspasos a alguno de los dos equipos de Los Ángeles, en un intento de recuperar parte de lo que perdieron en conseguirlo. Si se diese este escenario, serían los Clippers quienes apostarían más fuerte por conseguirlo, pues los Lakers cuentan con la seguridad de que «The Claw» firmará con ellos el próximo verano. Dar a Gallinari, Bradley y alguna pick sería un buen trato para ambos equipos.
Por otra parte, Danny Green ha sido el otro implicado en el traspaso que llega a los Raptors. A sus 30 años, llega a la franquicia canadiense como el jugador que cubrirá el hueco en el puesto de escolta que ha dejado DeRozan. Con un promedio de 8.8 puntos, 3.4 rebotes y 1.6 asistencias en su carrera, es conocido por sus habilidades defensivas y un buen lanzador de tres, un «3-and-D» antes de que comenzara a llamarse así a este tipo de jugador.
Ya visto todos los efectivos traspasados, cabe destacar que el sophomore OG Anunoby no ha sido involucrado en el traspaso, una gran noticia para los fans de Raptors, pues era una de las piezas que más se repetía en los rumores sobre el traspaso. Eso sí, sigue siendo un movimiento sorprendentemente arriesgado para los Raptors, cuyo próximo movimiento es incierto y este proyecto, inestable y volátil. Sin embargo, ver a Kawhi Leonard con la camiseta de los Raptors será interesante y hará más interesante la lucha en el top de la conferencia Este. Sólo el tiempo, y Kawhi, nos dirán quienes son los perdedores y quienes los ganadores pero, hoy por hoy, los Raptors parecen un equipo en peligro de extinción.