Artículos NBA
Tim Duncan: The Big Fundamental
…¿Podremos hacerlo? ¿habrá un quinto anillo en mi carrera? ¿será acaso mi última oportunidad como jugador? ¿qué necesitamos para ganar esta vez?…
…¿Podremos hacerlo? ¿habrá un quinto anillo en mi carrera? ¿será acaso mi última oportunidad como jugador? ¿qué necesitamos para ganar esta vez?…
Lo cierto es que no tenemos manera de saber qué pasa por la cabeza de Timothy Theodore Duncan en estos momentos, pese a intuir con certeza que para el eterno líder de los San Antonio Spurs no existe otra cosa que el apetito de campeonato. El mismo que lo ha motivado por 17 temporadas a demostrar la enorme (e infinita al parecer) calidad que lo ha llevado al status de ser una verdadera leyenda en la liga.
Parece mentira que hayan pasado tantos años en los que hemos tenido la oportunidad de disfrutar al bueno de Tim, cuyo liderazgo, disciplina y altísimo rendimiento durante casi dos décadas le han llevado a convertirse en un deportista destacado no sólo al nivel del baloncesto norteamericano, sino que a través de prácticamente todas las ramas deportivas a nivel mundial, consagrándose como una de las grandes estrellas que ha brindado la NBA (quizás la mejor de la era post Michael Jordan).
4 títulos de campeón (3 de ellos siendo el mejor jugador de las finales), 2 MVP de temporada regular, el premio al novato más destacado de la temporada 1997/ 98, 14 veces All Star y 10 elegido en el equipo ideal del año, son las cartas de presentación de uno de los jugadores más completos y profesionales en la historia del básquetbol. No son pocos los especialistas que señalan al viejo Timmy como el mejor en su posición de todos los tiempos, análisis que sin duda dista muy poco de la realidad.
La historia deberá indicar que desde 1997, cuando el conjunto de Texas se fijara en él para seleccionarlo en primer lugar del draft universitario, quedó claro para los aficionados sanantoninos que junto al muchacho que usaba la camiseta número 21 vendrían oportunidades reales de consagrar a la franquicia.
El joven y talentoso Ala Pívot llegaba a un conjunto cansado de perder partidos, que si bien contaba entre sus filas al gran David Robinson, pívot titular del famoso Dream Team 1992, nunca pudo dominar decididamente la conferencia oeste, quedando siempre al margen de las instancias decisivas. San Antonio contrataba una muy prometedora arma sobre la cual constituir una plantilla ganadora, que brindara por fin alegrías a su incondicional público seguidor.
Los resultados vendrían de la mano de su padre deportivo Gregg Popovich, quien siempre vio en Duncan al jugador franquicia que necesitaba para obtener logros aplicando sus ya mágicas estrategias.
En un primer momento lo utilizaría junto al ‘almirante’ Robinson, emblema histórico hasta entonces de los Spurs con quien armarían la mejor dupla interna de la NBA conocida como “las dos torres”, para obtener así su primer trofeo como profesional en 1999 y su primer premio al MVP de las Finales, tras derrotar por 4-1 a los New York Knicks de Patrick Ewing.
Su gloriosa trayectoria continuaría en el equipo de su vida para conformar el trío más exitoso en la historia de la competición (111 victorias juntos en Playoffs), con el argentino Emanuel Ginóbili y el base francés Tony Parker, quienes le han acompañado en los campeonatos de 2003, 2005 y 2007, además de la derrota en las finales del año pasado que hubiesen significado la quinta coronación para el nacido en Islas Vírgenes.
Tim Duncan es sin apelaciones un jugador especial, capitaneando a un equipo más especial aún. La temporada pasada no pudieron concretar sus ganas de campeonar, sin embargo las cosas parecen haber han cambiado por lo menos en algunos detalles. Kawhi Leonard ahora puede aportar con lo que no tuvo en 2013: experiencia. Tony Parker probablemente haya superado sus problemas físicos que lo alejaron del óptimo rendimiento, y Manu, el fiel camarada que más se le acerca en edad, parece comprender que para él también se presenta aquí una última oportunidad para saborear la gloria, quedó demostrado en el fraternal abrazo que los unió tras derrotar a los Thunder en Oklahoma.
17 años lleva demostrando que parece no conocer los límites, brillando en una liga que cuenta cada vez más con super hombres claramente por encima de él en el aspecto atlético. 17 temporadas lleva demostrando ser el líder que realmente necesita un equipo que aspire a campeonatos (seriedad, responsabilidad, soporte, disciplina y tantas otras). 17 largos caminos con diferentes resultados cada uno, éxitos y fracasos que no han modificado su personalidad y consecuencia al actuar, características de su permanente enemistad con las cámaras y su eterno amor por el baloncesto.