Verano de 2015. La NBA firma un nuevo acuerdo televisivo con Disney, a quien pertenecen ESPN y ABC, y con Turner, dueña de TNT. Este nuevo acuerdo hará que, a partir de la temporada 2016-17, la liga pase de cobrar 485 y 445 millones de dólares respectivamente de cada compañía, a cobrar un total de 24.000 millones en nueve años.
Como cada vez que se firma un nuevo contrato televisivo (ya pasó en 1995 por ejemplo) la economía de la liga sufre una revolución casi instantánea. Según el convenio firmado en 2011, los jugadores de la NBA tienen que recibir el 50% del BRI (Basketball Related Income), es decir, de los ingresos generados por NBA, NBA Properties y NBA Media Ventures, que engloba desde el dinero de parkings y palcos hasta los derechos televisivos. Por ello, el límite salarial de los equipos se ha visto incrementado de forma casi exponencial.
Para hacernos una idea, de la temporada 2006-07 a la 2008-09, el límite salarial pasó de 53 a 58 millones de dólares. Durante seis años se mantuvo en torno a los 58 millones y en la 20014-15 subió a 63. Tras la firma del nuevo acuerdo, el límite salarial ha pasado progresivamente a 70, 94 y los 99 millones de la actual temporada, con la previsión de que siga aumentando en los próximos años hasta los 114 en la 2020-21.
El límite salarial ha pasado de 63 millones en 2015 a 99 en la actualidad
Desde entonces hemos visto a casi todos (si no todos) los jugadores con ‘player option’ en sus contratos ejercerla para poder firmar un nuevo contrato más jugoso. A jugadores europeos que ya no se planteaban dar el salto, cambiar de opinión aunque solo sea para uno o dos años, como Sergio Rodriguez o Teodosic. Y hemos visto a los equipos gastar dinero en salarios como nunca lo habían hecho.
Este nuevo límite salarial permite a los equipos ofrecer mucho más dinero a las grandes estrellas de la liga, pero también a las no tan grandes. Jugadores como Crabbe, Mozgov o Dieng firmaron contratos que escandalizaron a todo el mundo. Sólo un año después, Deng ya es el tercer sueldo de Lakers y, a pesar de seguir siendo alto, ya no nos parece tan desorbitado.
También los Memphis Grizzlies decidieron convertir a su estrella, Mike Conley, en el jugador mejor pagado de la liga, con 155 millones en cinco años, a pesar de no haber sido siquiera All Star en su carrera. Un año después, hasta seis jugadores cobran más que el base en la liga.
Y es que cuando el dinero ‘sobra’, la línea que separa la capacidad de conseguir mejores jugadores con el sobrepago a los mismos pasa a ser muy difusa.
Encontramos jugadores claramente sobrepagados desde cualquier punto de vista, como Omer Asik, con más de 12 millones al año para apenas nueve minutos en pista y poco más de un punto y dos rebotes de producción en ocho partidos. Pero vemos otros casos como Ryan Anderson por ejemplo, el cual, muy probablemente, no refleje en su producción el dinero que cobra (casi $20M), pero que encaja como un guante en un sistema de juego muy particular como es el de Rockets.
Tenemos el caso de las estrellas de cada equipo, con quienes es difícil apreciar hasta qué punto merecen cobrar 20, 25 o 30 millones, ya que no solo está su producción en números, también está su liderazgo, su resolutividad en momentos clave, etc. O de equipos que sobrepagan a sabiendas cuando el mercado comienza a quedarse sin opciones y se ven en la situación de sobrepagar o quedarse sin nada.
En busca de los jugadores más y menos rentables de la NBA
Teniendo todo esto en cuenta, vamos a intentar, en base a los fríos números y la producción de cada jugador, saber qué jugadores son más rentables económicamente y cuales menos. Para ello vamos a fijarnos en aquellos jugadores con mejores contratos de la liga y vamos a coger a los que sobrepasan la barrera de los $20M esta temporada, por lo que 40 son los jugadores a analizar, a los que hay que quitar a Gordon Hayward, cuarto mayor contrato, pero que apenas ha podido disfrutar de unos pocos minutos esta temporada.
Intentando conseguir una visión lo más global posible, vamos a fijarnos en cuatro aspectos diferentes.
- Dinero por punto: En primer lugar tenemos el dinero que le cuesta cada jugador a su equipo según la cantidad de puntos anotados.
- Dinero por Pts+Reb+Asi: Pero como anotar no lo es todo en esto del baloncesto, en segundo lugar vemos la rentabilidad según el total de producción, es decir, de los puntos, rebotes y asistencias acumulados por cada jugador.
- Dinero ajustado a 100 posesiones: Todavía buscamos algo más objetivo, ya que, jugadores que están más tiempo en pista tienen más opciones de acumular estadística, así que en tercer lugar tenemos también la estadística acumulada de puntos, rebotes y asistencias, pero en esta ocasión ajustada a cien posesiones.
- Dinero en base al PER: Y por último, buscamos algo que represente la aportación de un jugador de forma aún más global. Vemos que algunas webs estadísticas utilizan las ‘win shares’, que son el número estimado de victorias a las que contribuye cada jugador, pero es algo muy impreciso y además se mueve en parámetros muy bajos en los que cuesta ver la diferencia entre jugadores. Así que encontramos el ‘PER’ o ‘Player Efficiency Rating’.
El PER es una estadística creada por John Hollinger que sería lo más parecido a la valoración que usamos en Europa, pero con ciertas diferencias. Hollinger usa una compleja fórmula en la que se introducen tanto las estadísticas positivas como puntos, rebotes, robos, etc., como las negativas, como pérdidas o faltas. Además, la mencionada fórmula está adaptada a la producción por minuto jugado y teniendo en cuenta el ritmo al que juega su equipo, intentando así que todos los jugadores estén en igualdad de condiciones.
Con todo esto, podemos ver en las tablas los jugadores más y menos rentables en cada uno de los casos, y podemos sacar algunas conclusiones interesantes.
Los jugadores NBA más rentables por sus salarios:
– Antetokoumpo es, claramente, el jugador más rentable de los analizados, liderando cada una de las cuatro categorías. El jugador griego no ha parado de crecer en los últimos dos años y cuesta vislumbrar dónde puede estar su techo. Parece que la extensión de contrato de $100M por cuatro años que firmó antes de empezar la campaña pasada y que se ha hecho efectiva en ésta, le va a salir muy rentable a su equipo.
– Oladipo, quien está sorprendiendo con el paso adelante que ha dado este año; Anthony Davis; Harden, con el MVP claramente como objetivo; Aldridge, aprovechando la ausencia de Kawhi para liderar a su equipo; y Durant, gracias a su bajada de sueldo voluntaria, son el resto de jugadores que aparecen en todas las categorías y que, por tanto, podemos considerar como los más rentables.
Y los menos rentables:
– Por otro lado, y con el mismo criterio, podemos decir que Chandler Parsons, Nico Batum, Paul Millsap y George Hill son los jugadores menos rentables de la lista, con Al Horford y Otto Porter apareciendo en todas las categorías excepto en dólares por PER.
– Los seis sueldos más altos de la temporada (Curry, LeBron, Millsap, Griffin, Lowry y Conley, exceptuando siempre a Hayward), no consiguen colarse entre los más rentables incluso anotando más de 27 puntos por partido como en el caso de los dos primeros. Parece que la única forma de no convertir estos contratos tan altos en algunos de los menos rentables es estar prácticamente a nivel MVP. Esto se ve claramente en los casos de Millsap y Lowry que, sin hacer una campaña especialmente mala, les vemos aparecer en los cuadros de los menos rentables.
– En esta época de nuevos pívots, más jóvenes, más atléticos, más completos y más versátiles, sorprende encontrarse a tres pívots de la vieja guardia entre los contratos más rentables. Drummond, Gasol y Whiteside no son grandes anotadores, pero aún son grandes productores en la zona.
– Cuando este verano se realizó uno de los traspasos del verano, intercambiando a dos jugadores como Carmelo Anthony y Enes Kanter (además de Doug McDermott y una segunda ronda), pocos pensarían que a estas alturas de temporada encontraríamos al turco entre los más rentables y al diez veces All-Star entre los menos rentables. Algo cuando menos sorprendente.
Hilando aún más fino en las cuentas de la liga
¿Pero qué pasa con el resto de la liga? Para el resto de los jugadores de la NBA hemos hecho un filtro para analizar a aquellos que juegan al menos 20 minutos por partido, con lo que se quedarán fuera contratos tan jugosos como los de los nombrados Omer Asik ($10’5M) o Timofey Mozgov ($15’2M), u otros como Kenneth Faried ($12’9M), Miles Plumlee ($12’5M) o Ian Mahinmi ($16’6M).
Además, únicamente miramos los dos últimos supuestos: dólares por puntos, rebotes y asistencias por cada 100 posesiones; y dólares por punto de PER.
De este modo vemos que:
– La mayoría de los jugadores más rentables son jugadores que todavía están con su primer contrato en la liga o, como mucho, la extensión del mismo ejercida por el equipo. Las excepciones son Green, un experimento de los Rockets a precio de saldo que, por el momento, les está saliendo bien, y Canaan y Dinwiddie, quienes ya saben lo que es pasar por varios equipos, algunos de ellos sin llegar siquiera a debutar, e incluso por la liga de desarrollo.
– Los dos contratos menos rentables por PER, fueron firmados por el mismo hombre: Neil Olshey, GM de los Portland Trail Blazers. Pero no sólo es que Turner y Crabbe (ahora en Nets) tengan el peor balance en este rango de jugadores. Si sumamos a los jugadores del anterior ranking, los que cobran más de $20M, serían segundo y séptimo de la liga respectivamente.
– Sorprende ver entre los menos rentables a varios jugadores supuestamente importantes en la rotación de equipos candidatos al anillo, como Iguodala en Warriors, Anderson en Rockets o JR Smith y Shumpert en Cavaliers.
– Uno de los casos que comentábamos al principio de jugadores sobrepagados a sabiendas lo veríamos en el base de los Timberwolves, Jeff Teague. Pese a estar entre los contratos menos rentables, en Minnesota se veía como una pieza a encajar para crear una maquinaria capaz de pelear con los mejores. Y a tenor de los resultados, parece que tenían razón, al menos en lo que al quinteto titular se refiere.
– Existe claramente un grupo de equipos que lo están haciendo bien en cuanto a la rentabilidad de sus jugadores. Si nos extendemos en la lista un poco más allá de los diez primeros puestos vemos que los Nets tienen a cuatro jugadores entre los 25 más rentables (Hollis-Jefferson, Dinwiddie, LeVert y Harris), los Bulls a tres (Portis, Nwaba y Grant) o los Suns también a tres (Canaan, Ulis y Booker).
¿Quiere decir esto que son los jugadores que necesitaban? Para ser competitivos no, ya que todos estos equipos se encuentran en el fondo de la clasificación, pero al menos mientras no puedan aspirar a más no estarán malgastando el dinero.
Por otro lado, aquí es donde llega la contradicción, porque muchos de estos equipos son los que luego acumulan más jugadores sobrepagados. Seguramente porque el dinero ‘ahorrado’ les queme en las manos, o porque los grandes equipos dejan solo ‘migajas’ en el mercado por las que los equipos pequeños tienen que optar para intentar subir un escalón, cosa que normalmente no acaba sucediendo.
Y así vemos como los Nets luego sobrepagan a jugadores como Crabbe o Mozgov, los Suns hacen lo propio con Monroe o Chandler, o equipos como Nuggets o Lakers que vemos que lo hacen bien con Jokic, Harris, Nance Jr o Kuzma, luego dan la réplica con Plumlee, Faried, Caldwell-Pope o Deng.
Sólo ha sido un pequeño juego al que se le podrían poner muchos ‘peros’, también nos ha ayudado a sacar unas cuantas conclusiones, tanto de aquellos que mejor rentabilizan sus contratos como de aquellos que el añorado Andrés Montes metería en el club ‘Se dejaba llevar’.