En unas semanas donde se habla de las barbaridades de los Warriors, la racha de los Bucks o las decepciones de Rockets y Wizards, muchos están obviando el gran arranque de los Kings. Nadie les esperaba ahí arriba, aunque probablemente terminen por diluirse como un azucarillo. Sin embargo, su 6-3 inicial les hace ser optimistas por primera vez en mucho tiempo.
Porque en la 17/18 empezaron con un 1-8, la anterior con un 2-5 y la anterior con un 1-7. Fue en la 14/15 cuando arrancaron con un balance positivo (5-3). Por aquel entonces contaban con un DeMarcus Cousins a pleno rendimiento, pero ya habituados a no contar con su gran referencia en los últimos años, empiezan a recoger los frutos de una travesía por el desierto de la que Boogie fue partícipe y culpable. Aunque hay que remontarse 16 años atrás para ver un balance igual. Cuando los Kings eran realmente temibles.
Ahora el equipo tiene una sólida base de jóvenes que están dejando de comer con cuchara para hacerlo con cuchillo y tenedor. El verano de Vlade Divac fue tan bueno como polémico y logró firmar a Yogi Ferrell, Nemanja Bjelica y Marvin Bagley III para añadirlo a lo que ya tenía: Buddy Hield, De’Aron Fox, Willie Cauley-Stein, Justin Jackson, Harry Giles y Bogdan Bogdanovic. Son la sexta plantilla con menos edad de la liga (25,1) y la única franquicia que no llega a los 100 millones en salarios. De hecho, los únicos que alcanzan los 10 millones anuales son Shumpert y Randolph, el primero es el octavo en minutos y el segundo ni ha debutado.
Fox, un martillo pilón que quiere llegar al nivel de Tatum y Mitchell
De’Aaron Fox es, entre los sophomores de su generación, el jugador que más ha mejorado en este inicio de temporada respecto a la anterior. El base de los Kings, en comparativa con otros jugadores de la lotería del Draft de 2017 que ocupan su mismo puesto: Markelle Fultz, Lonzo Ball, Frank Ntilikina, Dennis Smith y Malik Monk, sale ganando.
Recientemente ha firmado su primer triple doble en la NBA con unos increíbles 31 puntos, 10 rebotes y 15 asistencias, que le valieron para ser el jugador más joven de la historia en firmar un triple doble con +30 +10 y +15. Lo hizo además con un 9/13 en tiros de campo y un 75% desde el triple.
Fuera de la cancha es uno de los tipos más divertidos. Su cuenta de Instagram es una de las más animadas y es un declarado ‘friki’ de Dragon Ball. Ya ha aparecido en más de una ocasión disfrazado de alguno de los personajes emblemáticos de la serie o luciendo diseños especiales en sus zapatillas. Sin duda un tipo especial.
Cauley-Stein, respirando lejos de Cousins
Se le ha esperado durante años y puede que ya haya llegado. Todo un número 6 del Draft que prácticamente había pasado de puntillas por la liga, bien por la presión que supone tener a Cousins quitándote minutos o bien por una falta de talento que ya le había lastrado en sus tres años en Kentucky y le perseguía en la NBA. La temporada pasada, ya sin la alargada sombra de Boogie encima suyo, se destapó como un buen pívot titular con actuaciones que desprendían cierto optimismo. 12,8 puntos y 7 rebotes en menos de media hora de juego.
En su cuarta temporada, con 25 años y jugándose un gran contrato en verano, Cauley-Stein no ha frenado ese optimismo y ha seguido destapando el tarro de las esencias. 16,8 puntos, 8,7 rebotes y 2,3 asistencias y todavía por debajo de esa media hora de juego por partido. Su nombre es uno de los primeros en aparecer en la lista a ‘Jugador más mejorado’, aunque todavía tiene que mejorar su gran punto negro: cerrar el rebote, ya que es el ‘cinco’ con menor porcentaje de rebotes atrapados entre los que al menos juegan 29 minutos.
Atacar y atacar sin miedo a nada
Los Kings corren y se divierten. Son el cuarto equipo que más anota (119,8 puntos por partido) y aunque descuiden la defensa, donde son la novena peor (116,6) saben que el ritmo alto les favorece enormemente. Son el segundo mejor equipo en pace (posesiones por cada 48 minutos) con 106,4 y lo rubrican con unos excelentes porcentajes desde todas las franjas: 50,3% en tiros de campo (2º), 40% en triples (3º) y 54,4% desde la media distancia (5º). Todo ello siendo el peor equipo desde la línea de personal, donde apenas convierten el 66,7% de sus intentos.
Tienen a 5 jugadores por encima de los 13 puntos por noche: Bagley (13), Bjelica (15,6), Cauley-Stein (16,8), Fox (19) y Hield (19,8). Cuentan con un banquillo que les garantiza más de 50 puntos cada velada, siendo uno de los más productivos de la liga con jugadores casi desconocidos para el gran público como Troy Williams o Frank Mason como grandes amenazas.
En los 9 partidos disputados hasta ahora, sólo una vez se quedaron sin llegar a 100 y fue ante los Grizzles, que son la segunda mejor defensa de la liga, donde se quedaron en 97. Han superado los 120 en cuatro ocasiones (129 a Pelicans, 131 a Thunder, 123 a Heat y 146 a Hawks). Precisamente esos 146 puntos son su mejor marca fuera de casa desde el año 62, cuando eran los Royals y jugaban en Cincinatti. Además, el triunfo les permitió sumar su quinta victoria consecutiva, su mejor marca desde enero de 2016. Más datos: son el tercer equipo que más anota al contraataque (21,4) y el segundo que más anota tras recuperación (21,7).
Un invierno decisivo
Aunque bien es cierto que hasta ahora han perdido los tres encuentros ante los rivales más fuertes que se han enfrentado (Jazz, Pelicans y Nuggets) y apenas han sumado un triunfo ante un rival teóricamente muy superior pese a sus actuales problemas: Oklahoma City Thunder.
La verdadera vara de medir llegará en noviembre, donde los de Joerger tienen un calendario que aterroriza aunque ya hayamos superado Halloween: @ Bucks vs Raptors vs Wolves vs Lakers vs Spurs @ Grizzlies @ Rockets vs Thunder @ Jazz @ Warriors vs Jazz y vs Clippers. Veremos si Sacramento se derrumba ante los naipes o mantiene el pulso en un Oeste que ha empezado con sorpresas.