Ha sido un verano movido en Minneapolis. Tras un año casi entero de rumores sobre el futuro de Kevin Love, los Timberwolves finalmente hicieron de tripas corazón y se deshicieron de su estrella, probablemente uno de los mejores jugadores que ha pasado por esta franquicia. Sin embargo, esta prematura separación de caminos no ha supuesto un drama para el equipo que maneja Flip Saunders, ya que a cambio han conseguido los servicios de, entre otros, el último número uno del draft, Andrew Wiggins, quizás el más prometedor de la nueva hornada de jugadores que pisarán por primera vez una cancha NBA.
Pero, por lo que hemos podido ver, ya se entiende a las mil maravillas con el base titular del equipo, el español Ricky Rubio. Durante uno de los primeros entrenamientos abiertos al público de los Wolves, la ilusionante conexión hispano-canadiense nos dejó una jugada para el recuerdo, el primer alley oop de muchos; un movimiento que, si no sucede nada raro, veremos en multitud de ocasiones esta temporada.