Cuando oímos hablar del apellido O’Neal, inmediatamente pensamos en Shaquille, el jugador más dominante y uno de los mejores jugadores de la historia de la NBA. Sin embargo, otro jugador con ese apellido ha dejado huella recientemente en la liga, otro gran hombre que, aunque no en tanta medida, dominó la liga. Su nombre: Jermaine O’Neal.
COMIENZOS DUDOSOS
Nacido en Columbia, Carolina del Sur, es criado junto a su hermano Clifford por su madre, Angela Ocean. Desde pequeño muestra su afición por los deportes: fútbol americano y baloncesto, aunque ya mostraba predilección por este último. Sus ídolos eran Hakeen Olajuwon y Bill Russell.
Comienza jugando en Eau Claire High School, donde se inicia como un base que podía tirar triples. Tras año y medio, creció y se convirtió en la pieza angular de la defensa de su equipo, construyendo todo el sistema defensivo a su alrededor. Promediando 18 puntos, 12 rebotes y 9 tapones por partido, Eau Claire ganaría su tercer título estatal consecutivo. En su temporada senior, promedia 22,4 puntos, 12,4 rebotes y 5,2 tapones, llegando a formar parte del mejor equipo del estado, jugador del año de Calorina del Sur y ganarse un puesto en el partido McDonald. Aún con críticas por su imprudencia y poca experiencia, decide saltarse la universidad e ir directamente a la NBA.
Jermaine Lee O’Neal se presentaba al draft de 1996 como un ala pívot jovencísimo y prometedor. Los Blazers de Sabonis y Rasheed Wallace fue su destino con la decimoséptima elección. Debido a una lesión en su rodilla, no debutaría hasta pasadas unas semanas ante los Denver Nuggets. En su año rookie, O’Neal no destacó en absoluto, siendo suplente habitual y con escasos minutos. Promedió 4,1 puntos y 2,8 rebotes y los Blazers caerían en primera ronda de Playoffs ante los Lakers.
La siguiente campaña sería aún peor para el joven ala pívot, puesto que la llegada de Bryan Grant reduciría aún más si cabe su importancia en la franquicia de Oregon. Sin embargo, Jermaine aprovechaba su tiempo en cancha y daba muestras de lo que podía ser capaz. En 13 minutos, aportaba 4,5 puntos y 3,2 rebotes por partido. En los Playoffs, mismo final que la temporada anterior: eliminados en primera ronda por los Lakers.
Con la llegada de la temporada 1998-1999 y su consiguiente lockout, los Blazers sorprendieron a todo el mundo y consiguieron una muy meritoria campaña, siendo el segundo mejor equipo en la siempre difícil conferencia Oeste, solo por detrás de los vigentes campeones, los San Antonio Spurs. En el plano individual, temporada mediocre y nueva decepción de O’Neal: 2,5 puntos y 2,7 rebotes. Los de Oregon llegaron a Finales de Conferencia, eliminando a los Suns en primera ronda y a los Jazz en la segunda. Sin embargo, los Spurs repetirían Finales al eliminar a Portland.
Cuando todo el mundo daba ya a Jermaine como un fracaso absoluto, los Blazers le ofrecieron al jugador de California un lucrativo contrato: 24 millones por 4 años. Esa misma temporada llegaron a la franquicia jugadores de la talla de: Scottie Pippen, Steve Smith y Schrempf, llegadas que siguieron estancando a O’Neal, que promedió 3,9 puntos y 3,3 rebotes, demostrando en sus cuatro primeras temporadas un estancamiento alarmante. Aún asi, los Blazers llegan de nuevo a Finales de Conferencia, cayendo ante Los Ángeles Lakers. Fue entonces cuando Portland decidió prescindir del jugador y enviarlo a los Pacers a cambio de Dale Davis.
EL NUEVO O’NEAL
Los fans de los Pacers veían mal este traspaso, puesto que O’Neal no había demostrado todavía nada en la liga. Liderados por Reggie Miller y con Isiah Thomas como entrenador, Jermaine jugaría de titular y callaría muchas bocas, promediando 12,9 puntos y 9,8 rebotes por encuentro, haciendo ver que la confianza puesta en él había sido correspondida y que podía ser el futuro de la franquicia. Los Pacers alcanzaron la primera ronda de Playoffs, cayendo ante los Sixers.
La siguiente campaña le valió para confirmarse como la pareja ideal de Reggie Miller en Indiana y uno de los mejores ala pívots del momento: 19 puntos y 10,5 rebotes por encuentro, lo que le vale el premio al jugador más mejorado y lo más importante: su primer All Star, el segundo Pacer tras su compañero de equipo Reggie Miller en conseguirlo. En Playoffs vuelven a caer en primera ronda, esta vez ante New Jersey Nets. Para la temporada 2002-2003, llega Ron Artest tras la retirada de Miller, pero las lesiones del propio Artest y Brad Miller, sumados a los problemas extradeportivos (pérdidas familiares) de O’Neal lastran al equipo que de nuevo cae en primera ronda ante los Celtics. Durante esa temporada, O’Neal promedió 20,8 puntos y 10,3 rebotes, confirmandose ya como uno de los mejores jugadores de la NBA. Ese mismo verano finaliza su contrato y su destino apuntaba a San Antonio, para formar una dupla letal con Duncan tras la marcha de Robinson, aunque cuando todo apuntaba a que la decisión estaba tomada y se iría al equipo tejano, Jermaine acabó renovando con los Pacers por 7 años y 126 millones de dólares. Además, Isiah Thomas es remplazado en el banquillo por Rick Adelman.
Para la temporada 2003-2004, O’Neal lidera a los Pacers para llegar a su mejor registro, 61-21. Promedia 20,1 puntos y 10 rebotes, además de 0,8 robos y 2,6 tapones, que le vale para ser All Star por tercera vez y formar parte del mejor quinteto defensivo de la temporada, junto con su compañero Ron Artest. Los Pacers se asentaban entre la élite de la liga, mientras que Jermaine ya era una estrella total.
La siguiente temporada estaba planeada para ser idéntica a la anterior, pero todo se rompería en un partido contra los Pistons, todos recordareis esa fatídica pelea, la peor de la historia de la NBA. Esto trajo consecuencias devastadoras para Indiana: la suspensión de 25 partidos para Jermaine y lo que quedaba de temporada para Ron Artest. Aún siendo reducida 10 partidos la sanción de O’Neal, el equipo parecía haber perdido su identidad y conseguirían alcanzar solo 44 victorias. En esos mismos partidos disputados, Jermaine promedia 24,3 puntos y 8,8 rebotes, siendo All Star por cuarta ocasión. En Playoffs, los Pacers consiguen eliminar en siete partidos a los Boston Celtics, aunque caen ante los Pistons en 2a ronda avivando aún más su rivalidad.
Las últimas temporadas de O’Neal en Indy ya estuvieron marcadas por las lesiones, en la 05-06 juega 51 partidos y promedia 20 puntos y 9 rebotes y aunque fue seleccionado como titular para el All-Star, una inoportuna lesión le impidió estar en la cita. En la siguiente temporada se pierde un total de 13 partidos, aunque mantiene sus buenos guarismos: 19,4 puntos y 9,8 rebotes y sexto All-Star, aunque esta vez ni lograron alcanzar la postemporada. Parecía que su paso por Indianápolis ya no podía dar más de sí, y así fue. Ese mismo verano, con todavía 2 años de contrato y 44 millones, fue traspasado a Toronto a cambio de: T.J Ford, Nesterovic, Baston y el pick 17, que resultaría ser Roy Hibbert, un jugador clave en el futuro inmediato de Indiana.
EL DECLIVE
Con su llegada a Toronto, se esperaba que formase un juego interior letal junto a Bosh y Bargnani, siendo Jermaine la pieza clave en la defensa y en el rebote. Tras un buen comienzo, las lesiones volvieron a hacer mella en O’Neal y llegó a perder la titularidad en detrimento de Bargnani. Los Raptors se cansaron rápido de él y el 13 de febrero de 2009, es enviado a Miami a cambio de Shawn Marion y Marcus Banks. Sus números con Toronto: 13, 5 puntos, 7 rebotes y 2 tapones.
Con los Heat, consigue la quinta plaza con un record de 43-39, siendo eliminados en primera ronda por los Hawks en 7 partidos. Promedió 13 puntos y 5,4 rebotes. En su segunda temporada en Miami, juega 70 partidos y se afianza como pívot titular, promediando 13 puntos y 7 rebotes con los Heat de nuevo quintos en el Este, y de nuevo eliminados en primera ronda, esta vez 4-1 por los Celtics, rival por el que acabaría firmando O’Neal en esa misma agencia libre.
Con los verdes sus porcentajes caen en picado, llegando hasta los 5,4 puntos y 3,7 rebotes en tan solo 24 partidos y siendo eliminados en segunda ronda por los Heat de LeBron, Wade y su antiguo compañero Bosh.
Tras un sinfín de lesiones, es cortado en abril de 2012 y continua su carrera en los Suns y los Warrios, cuajando alguna buena actuación en la franquicia de Arizona, aunque lejos ya de ser aquel O’Neal dominante de años atrás. Durante la temporada 14-15 decide tomarse un descanso indefinido, con los rumores de su retorno sonando cada verano, aunque sin materializar su vuelta nunca.
Sin estar retirado oficialmente, O’Neal tiene un promedio en su carrera de 13, 2 puntos, 7,2 rebotes y 1,4 asistencias, con un 46,7% en tiros de campo. Tras sus 18 años en la NBA, ha conseguido ser 6 veces All Star, ha sido seleccionado una vez en el segundo mejor quinteto de la NBA (2004) y dos veces en el tercero (2002 y 2003), jugador más mejorado de la temporada (2002) y ostenta varios récords en Indiana: más tapones en un partido (10), más tapones en una sola temporada (228), más rebotes en un partido de playoffs (22), mayor promedio de rebotes en una serie de playoffs (17,5) y más tiros libres intentados en un solo partido (25).
En definitiva, uno de los interiores más dominantes en este inicio de siglo, al que las lesiones lastraron la madurez de su carrera.