Rajon Rondo se luce en su regreso a Boston: ¿Son los Mavs el equipo de moda?

El Garden recibió con una impresionante ovación a la que fuera su estrella hasta hace un mes. Rajon Rondo volvía a Boston y lo hizo acabando el partido con 29 puntos, dando una exhibición por todo lo alto, y con un registro desde el triple de 5/7. Ante esto, el partido no tuvo historia, y los nuevos Mavs consiguieron su cuarta victoria consecutiva (119-101) para encaramarse al grupo de cabeza de la Conferencia Oeste.

Ocho temporadas y media, un título en 2008, y un estilazo que le ha hecho convertirse en un base único en la historia reciente de la NBA. Rajon Rondo tiene muchos defectos que a veces solapan sus también inmensas virtudes, pero este viernes en su regreso a Boston pareció desterrarlos todos.

El jugador, que fue traspasado hace unas semanas a los Dallas Mavericks para poner fin a más de un año y medio de continuos rumores, recibió la plena ovación del Garden en una noche muy emotiva para él. «Han sido días emocionalmente muy intensos, estoy exhausto, pero satisfecho», dijo Rondo al finalizar el encuentro, en el cual fue la auténtica estrella con 29 puntos -máxima anotación de la temporada- 6 rebotes y 5 asistencias.

Además, el ex de los Celtics se lució desde una de las facetas que más lastran su juego: el tiro exterior. Rondo acabó el partido con 5 de 7 en triples, una auténtica locura para un jugador que, además de tirar poco desde esta distancia, promedia en su carrera un 26% de acierto.

Los Mavericks, ¿candidatos a todo?

Pero más allá del cálido recibimiento y de la victoria conseguida ante los Celtics, los Dallas Mavericks dieron este viernes una nueva muestra de que tal y como está configurado el equipo, pueden llegar hasta donde quieran. La llegada de Rondo ha hecho que el equipo texano se junte con un quinteto verdaderamente de altura, al que se suma un banquillo que ya querrían tener más de la mitad de los equipos de la liga.

Los pases teledirigidos de Rondo, la avaricia anotadora que está demostrando Monta Ellis, el todoterreno de Chandler Parsons, la superclase de Nowitzki, y el ancla defensiva que proporciona Tyson Chandler en la pintura. Parecen elementos más que suficientes para subirse a la ola de que los Mavericks han vuelto -mejor incluso- a la órbita que alcanzaron en 2011, cuando lograron el anillo contra todo pronóstico.

De momento son cuartos en (y subiendo) en el Oeste más disputado de los últimos años, a lo que hay que sumar un concepto de equipo difícil de ver en otras franquicias más allá de Grizzlies o Spurs… ¿Hasta dónde llegaran en PlayOffs? Esa es la incógnita, pero de momento, lo que sí es seguro, es que todo el mundo quiere ver jugar a este equipo.

Víctor Millán: Escribo mucho y soy de Zaragoza. Director de Sweet Hoops.
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