¿Qué pasa con Lonzo?

«Mi hijo es el mejor jugador del mundo; mejor que Curry’», «Ciérrenle la boca a ese hombre; ¿quién es Patrick Beverley?», «¿Nash enseñando a mi hijo? Es pequeño y lento». Este solo es un diminuto extracto de todas las declaraciones pronunciadas por LaVar Ball desde que su hijo estuviera jugando aún en la Universidad de UCLA hasta el momento de la redacción de este artículo. Y es que el padre del actual nº2 del draft ha contribuído más bien poco a que su hijo Lonzo Ball entre con buen pie en la mejor liga de baloncesto del mundo.

Conociendo a Lonzo Ball, sus hermanos y el bocazas de su padre

Es obvio que el mayor de los hermanos Ball no está firmando, en absoluto, un arranque a la altura de lo que se podía esperar de él. Los Lakers pujaron fuerte por el base después de unas declaraciones de su padre donde dijo que Lonzo solo quería ir a Los Ángeles para vestir la camiseta púrpura y oro y éste no está respondiendo de la manera esperada. Su bagaje en 15 encuentros disputados es pésimo, no tanto por la cantidad de puntos, rebotes y asistencias (9; 6.6 y 6.9, respectivamente) en 32 minutos por partido, como por el paupérrimo porcentaje de acierto en lanzamientos a canasta, 30%.

Bien es cierto que en este mes y medio como jugador de la NBA ha logrado batir el record de ser el jugador más joven de la historia en lograr un triple-doble y ha tenido partidos notables, pero sus escasas estadísticas entierran cualquier excusa válida.

Después de su primer partido contra los Clippers quedó claro que la entrada de Lonzo Ball al baloncesto profesional no iba a ser un camino de rosas, no con Patrick Beverley, quien le sometió a un marcaje extremadamente férreo que le dejó en 3 puntos, 9 rebotes y 6 asistencias. «Esto es lo que le espera. Todo el mundo le tiene ganas, eso es lo que ha conseguido su padre», declaró Beverley después del partido. También ha tenido encontronazos recientemente con Joel Embiid; no solo en la cancha, sino también en Twitter con constantes dedicatorias. Está claro que tener un pique con Lonzo es sinónimo de victoria (individual y en equipo), ya que el joven playmaker ha firmado dos de sus tres peores actuaciones contra los equipos de estos dos jugadores con 3 y 2 puntos, respectivamente.

A pesar de estos acontecimientos, no se ha visto a Lonzo en ningún momento abrir la boca para meter la pata, ni siquiera para secundar o defender a su padre en su actitud más verborreica que útil. Él se centra en revertir la situación, en cambiar su mentalidad en la cancha. »Todo está en mi cabeza», dijo hace unos días.

Debemos recordar que el jugador californiano no ha hecho nada más que empezar su carrera profesional. Viene bien saber que las estrellas que ahora dominan la NBA fueron también alguna vez rookies, y muchos con pobres registros en su primera temporada, como fueron los casos de James Harden (9 puntos, 3 rebotes y 1,9 asistencias por partido) o Gordon Hayward (5,4 ppp, 1,9 rpp y 1 app), ambos jugadores top actualmente y elegidos en picks muy altos del Draft.

Pese a todo, nadie debe dudar de la calidad de Lonzo, y quien dude debería ver un recopilatorio suyo de la pasada temporada en UCLA, su antigua universidad, donde se ganó el derecho a estar donde está. Solo así podemos ver, de momento, la mejor versión de Lonzo Ball.

Joaquín Cutillas: Colaborador en SweetHoops.com
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