¿Puede Atlanta Hawks ganar la NBA?

Esta pregunta a principio de temporada hubiese sido motivo de ingreso inmediato en un centro mental para la redacción de Sweet Hoops. Pero los Hawks van en serio, liderados por un esprit-de-corps (espíritu de equipo) impresionante y un entrenador, Mike Budenholzer, que apunta a ser nombrado como el Mejor Entrenador del Año.

Con un sistema basado en el juego en equipo y en sacar el máximo de cada posesión, los Hawks han conseguido esquivar constantemente el largo infierno de la reconstrucción y ser capaces de sacar el máximo provecho de las piezas disponibles. Sus 15 victorias consecutivas son el fruto de un trabajo soterrado, invisible para casi todo el mundo, que encuentra muchas de sus explicaciones varios años atrás.

Tras no poder hacerse con el ansiado dúo Paul-Howard en la agencia libre de 2013 – según el gurú de ESPN- Brian Windhorst, el objetivo pasó a centrar todos los esfuerzos en retener a la pareja formada por Jeff Teague y Al Horford. A ellos se unió, casi por casualidad, Paul Millsap. Todo ha conseguido formar, a luces de todas las miradas, la tipología de equipo más parecida a los San Antonio Spurs de los últimos tres años que hay actualmente en la NBA. Condición que obviamente hay que achacar al currículum de pupilo de Popovich del que puede presumir Budenholzer.

El ex de Utah ha conseguido aportar un punto más de calidad a su equipo, siendo una fuerza reboteadora imparable y capaz de abrir más espacio en el perímetro, lo que convierte a pareja interior en una de las más destacadas de la NBA en estos momentos.

Al trío se han unido otras piezas importantes que no acabaron de encontrar su sitio en otros equipos y ahora están rindiendo al máximo nivel. Es el caso de Kyle Korver, que la temporada anterior alcanzó el récord NBA de partidos consecutivos con un triple anotado; y de DeMarre Carroll, que pasó de anotar 6 puntos por encuentro en su mejor temporada en los Jazz a los 11.7  que promedia actualmente.

También han sabido mirar al extranjero, consiguiendo buenas piezas para la rotación de los de Atlanta, como Denis Schroeder y Pero Antic. El joven alemán se conforma como uno de los jóvenes talentos más prometedores de la NBA.

Una gesta que estuvo en peligro

No es nuevo. Ya con el gran entrenador Larry Drew, los del estado de Georgia rindieron constantemente por encima de sus posibilidades. La marcha del técnico a los Milwaukee Bucks supuso para muchos, el que escribe incluido, un paso atrás para los de Atlanta. El futuro del equipo llegó a pender de un hilo cuando Drew quiso llevarse consigo a Jeff Teague.

La actual estrella del proyecto de los Hawks no solo se sintió tentada por el cambio a Wisconsin, sino que llegó a presentar formalmente su intención de marcharse con su antiguo técnico. Los Hawks consiguieron retener al base lo justo para que se anunciase un traspaso a dos bandas entre los Bucks y los Pistons que supondría el intercambio entre Brandon Jennings y Brandon Knight. Se puede afirmar que tras el paso del tiempo, los tres bases salieron ganando. El pobre de Larry fue destituido de malas formas para traer a Jason Kidd.

El presente es brillante y  Atlanta puede seguir sorprendiendo al mundo en el futuro.