El jugador de los Heat prefiere descansar debido a los problemas físicos que arrastra, y la NBA ha decidido llamar al tirador de los Hawks, que hará doblete al participar también en el concurso de triples.
Habrá cuatro jugadores de Atlanta en el All Star Game del próximo domingo en Nueva York. Kyle Korver se sumará al roster de la Conferencia Este en sustitución de Dwyane Wade, quien ha preferido no participar después de perderse los últimos seis partidos para asegurar su buen estado físico para su equipo.
La elección de Korver por la NBA para reemplazar esta baja supone un reconocimiento a la clase media de la liga. A esos jugadores que no son capaces de colarse en el Olimpo que separa a las estrellas del resto de jugadores, pero que aportan a sus equipos un valor diferencial para conseguir sus objetivos.
Eso es lo que hace Korver en los Hawks. Su presencia en el campo y su continua amenaza desde la línea de tres abre la cancha permitiendo que la maquinaria de la franquicia de la ciudad de la Coca-Cola prospere hasta los términos en los que lo está haciendo esta temporada. Mejor equipo de la NBA a fecha de hoy. Quien hubiera dicho esto en octubre.
Kover, de 33 años, llegó a la NBA en 2003 de la mano de los Sixers. Elegido en una tardía segunda ronda, su llegada al equipo post-finales del 2001 en el que aún seguían Allen Iverson o Eric Snow se reveló pronto como placentera. Aquel chico era un tirados consumado, un tirador de la Universidad de Creighton, de buena familia y que llamaba la atención en medio de una NBA que por aquel entonces mostraba su cara más de barrio que nunca, con el propio Iverson o los Bad Boys 2.0 dando lecciones de cómo se debían llevar unos pantalones anchos sin que la liga te abriera expediente por ello.
Durante todos estos años ha trotado por distintos equipos. Bulls, Jazz y finalmente Hawks, donde demostró que un jugador puede hacerse con un hueco vital siendo exclusivamente un tirador puro. Y poco más. Ha cruzado el ecuador de la temporada con el mejor porcentaje de triples de la historia, un 54%, y ostenta el récord de más partidos seguidos anotando al menos un triple.
La otra pregunta que queda en el aire es si Korver se merecía estar en el partido de las estrella por delante de otros jugadores como Derrick Rose o Brandon Knight. El primero por nombre, el segundo por méritos. No vamos a hacer valoraciones. La NBA ha decidido que un jugador que promedia 13 puntos por partido debe estar en el evento. Y Korver, un tipo poco dado a esto -el año pasado rechazó ir al concurso de triples para estar con su familia– tendrá un reconocimiento que no solo será para él, sino para otros tantos jugadores cruciales en sus equipos, pero que no llegan a colarse en los highlights con tanta facilidad.