En los años 2000 era difícil encontrar un jugador que no llevara una headband o cinta de la cabeza. Y recientemente, la de LeBron James, ha llegado a protagonizar un video a propósito del intrascendente hecho que supone su decisión de dejar de llevarla durante algunos partidos durante la presente temporada, para luego recuperarla al más puro estilo americano, con una brillante actuación personal y una importante victoria en playoffs.
Lo cierto es que la headband de leBron saltó a la fama hace ya algunas temporadas, cuando fue protagonista de infinidad de memes tuiteros y objeto de análisis en los principales magazines deportivos, bajo la acusación de ocultar la incipiente alopecia de King James. El de Akron lleva utilizando la headband desde sus años en el St. Vincent St. Mary High School, y ha sido una de sus señas de identidad en las 12 temporadas que cumple ya como jugador NBA. En 2003, año en el que aterrizó en Cleveland como número uno del draft, la liga vivía una autentica fiebre por
Pero mucho antes de que llegara el nuevo milenio. Y mucho antes de la aparición de Iverson y LeBron James en la
Watts no fue reclamado por ningún equipo en el draft de 1973, pero consiguió firmar como agente libre con los Seattle Supersonics, gracias a que su entrenador en la Universidad de Lousiana era primo de Bill Russell, entrenador y General Manager de los Supersonics en aquella época. Tras un par de temporadas sin demasiado protagonismo, en la 75-76 lideró la liga en asistencias y robos, y fue incluido en el Primer Quinteto Defensivo de la NBA. Aunque más allá de su rendimiento deportivo, que empezó a decaer tras el año 76, lo que realmente hizo mella en los aficionados de Seattle fue su personalidad, la intensidad con la que jugaba y un marcado estilo propio que le convirtió en todo un ícono de los Supersonics, a pesar de disputar tan solo cuatro temporadas en La Ciudad Esmeralda.
Earl Watts fue uno de los primeros jugadores en afeitarse la cabeza (de ahí su mote, slick: liso), lo cual era todo un atrevimiento en una década como los 70, en la que el pelo afro imperaba entre los jugadores afroamericanos. Añadió la cinta en la cabeza. Nada que ver con aquella de Chamberlain ni con esa especie de pañuelo que llevó también Bill Walton. Era, sin duda, el germen de la Headband actual. Aquel look tan particular, con la cabeza afeitada, la headband ladeada y un carácter que no dejaba a nadie indiferente, le granjeó el cariño de los aficionados y más de una desavenencia con sus entrenadores. Su relación con Bill Russell se fue deteriorando con los años, y Lenny Wilkens lo traspasó a New Orleans en 1978, justo un año antes de que los Supersonics ganaran el anillo. Se retiró tras seis temporadas como profesional, cuatro y media en los Supersonics, una y media en New Orleans Jazz y una en los Rockets. Su mayor legado: la headband…