Estos nuevos Phoenix Suns pintan muy bien (pero tienen un lastre)

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Los Phoenix Suns han sido una franquicia perdedora desde que Steve Nash dejara el proyecto, poniendo fin a aquella época del Run&Gun tan preclara dirigida por Mike D’Antoni. Desde entonces, malas selecciones en el Draft, traspasos incomprensibles, equipos formados por tres bases que acabaron todos saliendo, y un compendio de malas decisiones lo han hecho un farolillo rojo de la NBA durante años.

Hasta ahora (quizá). El nuevo proyecto, con Devin Booker renovado, el pick nº1 del Draft de 2018 DeAndre Ayton, el progreso de Josh Jackson, TJ Warren o el también rookie Mikal Bridges, bascula entre esta conjunción de jóvenes y unos veteranos que han llegado para dar calado a la plantilla: Trevor Ariza, Jamal Crawford o Ryan Anderson, entre otros.


Este miércoles los Suns debutaron en la temporada NBA 2018/2019 con victoria sobre los Dallas Maverics, con Ayton ganando su duelo (18 pts y 10 reb) a Luka Doncic y un Booker que se fue a 35 puntos anotando como siempre desde el triple.


Pero hablar de los Suns supone siempre hacerlo con cautela. Principalmente por un asunto: sus oficinas. Solo 9 días antes del comienzo de la temporada era despedido su GM, Ryan McDonough. El mismo que había conseguido este verano esta mezcla de jóvenes y veteranos que promete darles un salto adelante, pero el mismo también que formó aquel equipo bizarron con Bledsoe, Isaiah Thomas y Goran Dragic y que acabó mal traspasando a los tres bases.

Robert Sarver, un dueño impredecible

McDonough, en la oficina de los Suns desde 2013, había sido el culpable de buena parte de las malas decisiones del equipo durante los últimos años, y que repasamos en este artículo detalladamente. O al menos así se plasma sobre el papel, porque siempre se ha dicho que quien toma las verdaderas decisiones en los Suns es su propietario, Robert Sarver.

Phoenix Suns y el caso Bledsoe: 5 años de malos traspasos

Sarver, un baquero y empresario inmobiliario, se hizo con los Suns en 2004 por una suma récord en su momento de 400 millones de dólares. Él es también el dueño del Mallorca Club de Fútbol, y un tipo con ambición de GM, al parecer.

Según los rumores, el despido de McDonough se debió a la discusión entre él y el dueño por conseguir cerrar un base en los coletazos de la agencia libre tras desprenderse de Brandon Knight y no ofrecer una extensión a Elfrid Payton. Sarver parece presionar a sus oficinas para conseguir adquirir más jugadores, o tomar posiciones cuando, como ocurrió el año pasado con Bledsoe, un jugador se rebela.

Y este quizá sea el gran problema de los Suns en los años venideros: saber si han elegido bien entre la pastilla azul o la roja. Si el culpable de las malas decisiones de la franquicia los últimos años era verdaderamente McDonough o tiene que ver más con su dueño. Quizá los derroteros de la temporada, en un intento dramático por hacerse con una gran espada más (este año llegó a sonar el interés por Damian Lillard vía traspaso) no desmonta los buenos mimbres actuales. Y no es que el fichaje de un All-Star sea una mala noticia, pero sí si esto se acomete entregando piezas de futuro excesivamente valiosas.

El problema del base: Booker o mover un fichaje

Aunque en su primer partido parece que no hayan echado en falta al base que buscaban, está claro que los Suns deberán tomar una decisión en este sentido a medio plazo. Por el momento jugó como titular Isaiah Canaan, recuperado de su dramática lesión, quien hizo bien su papel.

En la banca, el joven Elie Okobo no parece una alternativa clara para el nuevo entrenador Kokoskov, el primer europeo que llega a ser coach principal en la NBA. La otra alternativa, como ya se vio el año pasado, es apostar porque Devin Booker haga las labores de guard. Esto sin duda alguna podría ayudarle en su juego. ¿Pero es Booker un Klay Thompson con más libertad o realmente puede convertirse en un combo-guard de garantías? Otra pregunta que solo revelará el tiempo.

Las últimas informaciones dicen que los Suns se interesaron de última hora por TJ McConnell de los Sixers para cubrir ese vacío. Un perfil de base discreto, sobrio, que bien podría hacer también un Canaan con confianza. Desde luego, para la progresión de Booker, parece una mejor opción que hacer una apuesta por un Lillard o una versión barata del mismo perfil, como podría ser Reggie Jackson, otro jugador que aparece en las quinielas para ser la siguiente mala decisión de los Suns.

Víctor Millán: Escribo mucho y soy de Zaragoza. Director de Sweet Hoops.
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