Actualidad NBA
¿Penúltima oportunidad para los Clippers?
Los Kings de principio de siglo, los Suns de Nash y compañía… ¿Cuánto tiempo le queda al proyecto de anillo de los Clippers para ser considerado fallido?
¿Recuerdan aquel angustioso “tic tac, tic tac” con el que Pablo Iglesias amedrentaba a Rajoy ante las inminentes Elecciones Generales, situándolas como punto inexorable del final de su proyecto de Gobierno? Pues por los pasillos del front office de los Clippers empiezan a escuchar ese inquietante sonido. De momento es un leve tictaquear, como el de ese reloj del salón que sólo se escucha en el silencio de la madrugada. Pero si este año no se mejoran los resultados del anterior, y entre éste y el próximo no consiguen el ansiado anillo o, al menos, disputar las Finales de la NBA, el avance de las manecillas de ese reloj que marca el fin de un ciclo acabará resonando en todo el estado de California.
La principal razón de la relativa prisa de los Clippers por conseguir el anillo de campeón antes de 2017 tiene nombre y apellidos: Chris Paul. El proyecto ganador de los angelinos comenzó con él, cuando llegó al equipo en 2011 procedente de New Orleans Hornets, y terminará con él, en el momento exacto que decida cambiar de aires en busca de un anillo, en caso de no conseguirlo con los Clippers.
Paul llegó en 2011 a unos Clippers que llevaban cinco años sin aparecer por la postemporada y que, salvo en la regular season de 2005-2006 (57%), no superaban el 50% de victorias desde 1992. Su impacto fue inmediato. Ya en su primera temporada el equipo superó el 60% de victorias y disputó las semifinales de conferencia, cayendo frente a San Antonio Spurs, a la postre finalistas. El front office ha hecho desde entonces grandes esfuerzos por rodear a su jugador franquicia de segundos espadas estelares, y veteranos con amplia experiencia en playoffs (Billups, Grant Hill, Jamal Crawford, Antawn Jameson, Turkoglu), con el claro objetivo de llevar por fin un anillo de campeón a las vitrinas del sempiterno “hermano pobre” de L.A. En 2013 se unió a la causa Doc Rivers, entrenador que parecía ser la pieza clave que necesitaba un roster plagado de grandes jugadores para acceder a un nivel superior, el de meterse en unas finales. Pero ni Chris Paul ni Doc Rivers han podido conducir al equipo, de momento, a algo más que buenas temporadas regulares (las tres últimas rondando el 70% de victorias) y a disputar, como tope máximo en playoffs, las semifinales de conferencia.
No sé si existe un periodo de tiempo establecido para considerar un proyecto fallido, pero cuatro años comenzando la temporada en noviembre como contender y terminándola en mayo siendo incapaz de superar más de una ronda en playoffs, en la NBA, es mucho tiempo. Los Kings de los primeros años 2000 y los Suns de Nash, Stoudemire y cía., dos proyectos de anillo fallidos, no duraron más de tres o cuatro campañas; aún cuando ambos equipos habían disputado finales de conferencia (Phoenix dos y Sacramento una) y habían firmado temporadas regulares por encima de las 60 victorias.
La temporada que está a punto de comenzar, como las cuatro anteriores, sitúa a los Clippers en el grupo de candidatos al anillo. Un gran quinteto, con jugadores en su Prime Time, como Chris Paul y Blake Griffin; el poder defensivo de DeAndre en la zona, y Paul Pierce como “guest star” y veterano con anillo de campeón en sus dedos a por una nueva intentona de hacerse con el Larry O`Brien. Un nuevo descalabro, entendiendo por descalabro no disputar, al menos, las finales de conferencia, podría precipitar la espantada de los jugadores más escépticos con el proyecto. Y si en la 2016-17, último año de contrato de Chris Paul (para 2017-18 tiene una player option), el anillo aún no hubiera llegado, la salida del base rumbo a un equipo con aspiraciones inmediatas de ganar el campeonato sería un escenario bastante probable. Huelga decir que, a no ser que su salida fuese vía traspaso a cambio de otra estrella de calibre similar, en su equipaje, Paul incluiría cualquier opción de los Clippers de ser campeones.
El base formado en Wake Forest es, a sus 30 años, el mejor base puro de la liga. En ese hipotético escenario de 2016-2017, con 32 años, muy probablemente y si las lesiones le respetan seguirá siendo uno de los mejores del campeonato. Pero tras seis años intentándolo sin éxito sería lícito que buscara un escenario más favorable para evitar la temida retirada sin anillo. Nadie en L.A. podría reprocharle nada.
Evidentemente toda esta casuística se desmoronaría si los Clippers lograran esta temporada disputar las finales de conferencia o, en el mejor de los casos, el anillo. En un equipo campeón, en una gran ciudad como Los Ángeles y con una plantilla aún joven, lo lógico sería la renovación de Paul y la consiguiente continuidad del proyecto. Que tienen opciones parece claro. Pero compartiendo conferencia con San Antonio, Golden State, Houston, Memphis y Oklahoma, el riesgo de un nuevo fracaso y un inminente fin de ciclo es una realidad.
Como nos movemos en el terreno de las conjeturas, los escenarios posibles son muy diversos. Pero siendo éste un artículo de opinión, me voy a mojar y daré la mía: SÍ entre ésta y la próxima temporada no llega el anillo, el poyecto de los Clippers morirá y Chris Paul buscará nuevo equipo. ¿Cuál es la tuya?; ¿Crees que estos Clippers serán campeones?; ¿Seguirá Chris Paul llegue o no el anillo?; ¿Tiene el proyecto recorrido más allá de la permanencia del base?…