Pau Gasol sufrió mareos y nauseas en el descanso del partido que los Lakers ganaron el pasado domingo 103-94 frente a Orlando Magic en el Staples Center. Por precaución, pasó la noche en el hospital y le fue suministrado suero intravenoso. El lunes, tras someterse a un scanner cerebral que descartó daños serios, fue dado de alta con diagnóstico de vértigo.
Tras perderse el partido del pasado martes frente a los Knicks, la franquicia angelina ha comunicado que Gasol, aún con síntomas de vértigo, no viajará con el equipo a Milwaukee el próximo jueves ni a Minneapolis el viernes. Si Pau se recupera con normalidad, podría reaparecer el domingo frente a Phoenix Suns en el Staples.
En Lakerland todo el mundo espera el final de esta aciaga temporada como agua de mayo, pero probablemente Pau sea uno de los que más lo necesita. Esta siendo una temporada especialmente dura para el de Sant Boi. Se ha perdido hasta la fecha once partidos por diversos problemas físicos y cuando ha estado sano, aunque su rendimiento ha sido bueno, el equipo no ha jugado a nada. Para cuando se recupere de esta extraña crisis de vértigo que padece, apenas le restaran diez partidos para poner punto y final a la temporada, y probablemente a su etapa en Los Ángeles Lakers.