Mucho se esperaba de este talentoso catalán de 21 años cuando fue elegido en la posición tres del draft por los Atlanta Hawks, que le enviaron a los recién estrenados Memphis Grizzlies a cambio de Abdur-Rahim. Los osos venían de la ciudad canadiense de Vancouver, mucho más aficionada a sus Canucks de hockey sobre hielo que a un deporte que aún estaba lejos de producir números 1 canadienses cual fábrica de chorizos.
Dolerá seguramente a los aficionados de Wizards y Clippers que las elecciones anteriores fueran Kwane Brown y Tyson Chandler respectivamente. No deja de ser oportunista recordarlo, pero sigue doliendo. Especialmente sangrante fue el caso de Kwane. Un pívot que iba para comerse el mundo y que pasó por ser tristemente conocido por ser la peor elección del draft de la historia así como uno de los cincos con las manos más pequeñas que ha visto la NBA.
El draft de 2001 fue uno de esos que pasan a la historia por sus sleepers. Es decir, robos del draft o grandes jugadores que pasaron por delante de los mejores ojeadores del mundo y que solo algunos fueron tan afortunados de pescar: Joe Johnson (posición 10), Zach Randolph (19), Gerald Wallace (25), Tony Parker (28), Gilbert Arenas (31) o Mehmet Okur (38) fueron algunos de ellos.
Sus inicios en la NBA
Entre tanta expectación por el zagal en España, que llevó a muchos a trasnochar a altas horas de la madrugada con la sola compañía de Montes y Daimiel y a una excepcional venta de camisetas de los Grizzlies vía España, el bueno de Pau Gasol respondió en su primera temporada con creces. Rookie del año (el primer y único europeo en conseguirlo) promediando 17.6 puntos, 8.9 rebotes y 2.1 tapones en su temporada debut, pero si por algo se puede definir esa hazaña es por esta jugada. Sobran palabras, habla el maestro:
Pronto la ilusión de hacerse un hueco en esta pequeña pero acogedora ciudad de la que sería el ídolo absoluto, pasó a convertirse en frustración por las escasas opciones de éxito de sus Grizzlies. A pesar de ello, firmó 44 puntos en un mítico encuentro frente a los Supersonics el 28 de marzo de 2006. Precisamente, el año en el que consiguió su primer All Star.
Los años dorados en Hollywood
Llegó entonces ese traspaso que hizo soñar a Gasol y con él a toda España. En Gasol se veía a una persona llena de gratitud por jugar en una de las grandes franquicias de la NBA al lado de un futuro Hall-of-famer, el mismísimo Kobe Bryant.
Pronto iba a descubrir Pau que la Meca del Cine esconde tras los decorados el traje de espinas que es en realidad la jet set que puebla esa ciudad. Sus primeros meses en los Lakers acabaron con una dolorosa derrota (2-4) en la final de la NBA ante sus rivales más acérrimos, los Boston Celtics de Paul Pierce, KG y Ray Allen.
Pronto comenzó la etiqueta de blando, que le acompañaría durante todo su periplo en California. Entre Lamar Odom y Andrew Bynum, con Pau como escudero de Kobe, el maestro Zen Phil Jackson armó el que sería conocido como el Triángulo Ofensivo. Se alzarían campeones en las dos siguientes temporadas ante los Magic de Howard y cómo no, frente a los Celtics, en una de las grandes vendettas que ha visto este deporte. Gasol ya era leyenda.
La historia no ha terminado
Denostado durante años en Los Ángeles, llegó el momento de decidir para Pau y lo tuvo claro. Quería ir a un sitio en el que pudiera ganar la NBA. Y quería hacerlo demostrando al mundo que aún tenía gasolina en el tanque. Y vaya si lo hizo. En la temporada pasada consiguió su máxima anotación en un encuentro (46 puntos ante los Bucks de Coach Kidd), saltar junto a su hermano Marc por el primer balón del All-Star 15 y ser elegido en el Segundo Equipo de la NBA.
A sus 35 años, parece que Pau escribe los últimos versos de esta gran epopeya que está siendo su carrera al otro lado del charco. No está claro cómo acabará esta historia, pero uno que es romántico cree que a este blues aún la última copa de la noche. Brindamos por ti, nuestro ‘marciano’ favorito. Gracias.