Manny Pacquiao, uno de los boxeadores más grandes de su generación, no dudó en darse un paseo por las instalaciones de Golden State y enfundarse una camiseta de Stephen Curry para echarse unas canastillas donde habitualmente se ejercitan los miembros de los Warriors.
La visita supone toda una declaración de intereses y un triunfo para los relaciones públicas de la plantilla, ya que el mítico púgil filipino ha mostrado su apoyo al equipo siendo residente en Los Angeles, donde tenía otros dos para elegir.
Tras varios años en la sombra, el equipo que ganó la NBA en 1975 se ha vuelto a poner de moda. El anuncio de la mudanza a San Francisco y buenas elecciones de draft como el mencionado Curry (puesto 7, 2009), Klay Thompson (11, 2011) o Harrison Barnes (7, 2012); han vuelto a poner a los Warriors en el mapa y a convertirlo en un mercado interesante para la agencia libre.
Precisamente uno de estos últimos, Andre Iguodala -firmó el verano pasado- no dudó en visitar a su ídolo y se llevó como premio un guante firmado. Iggy ya tiene una razón de peso para haberse perdido el Mundo Basket.