Finalmente ha sucedido lo que se venía cocinando desde hacía ya varios meses, Carmelo Anthony ha sido traspasado, y quizá esto no debería ser ninguna sorpresa, pero sí que lo es el destino final: Oklahoma City Thunder.
Mucho se ha hablado de Carmelo en las últimas semanas, era un secreto a voces y parecía que en los últimos días se habían intensificado los rumores sobre su marcha de la Gran Manzana. Aunque parecía que el equipo mejor posicionado era Houston Rockets, así ha sido durante todo el verano, donde la mayoría de periodistas de la NBA daban casi por cerrado el acuerdo para que formase un espectacular trío junto a Chris Paul y James Harden. Nada de eso, finalmente el trío será Russell Westbrook-Paul George y Carmelo Anthony. Asusta más incluso que el anterior. Tremendo.
Y es que sabemos que Sam Presti es un maestro en la sombra, y si bien ya sorprendió a toda la liga logrando conseguir a uno de los mejores jugadores de la liga como George, a cambio de Oladipo y Sabonis, ahora ha hecho lo propio con Melo cuando pocos pensaban que Oklahoma podría estar en la carrera para hacerse con uno de los mayores talentos ofensivos del mundo. A cambio, los Knicks reciben a Doug McDermott, Enes Kanter y una futura 2ª ronda del Draft, sabe a poco la verdad.
Oklahoma suma ahora a tres jugadores que promediaron la temporada pasada 77,7 puntos (Westbrook 31,6; George 23,7 y Melo 22,4), tres jugadores que crearán un colapso inmediato en cualquier defensa de la NBA y que por tanto, generarán todo tipo de desajustes en las pizarras de los entrenadores. Es probable que Carmelo actúe ahora puramente como ejecutador, encontrando los espacios que provocarán tanto Russ como PG, pudiendo liberar a Melo en las esquinas para explotar su faceta de triplista (35,9% desde el triple la temporada pasada)
A cambio de Melo los Knicks reciben a Doug McDermott, Enes Kanter y una futura 2ª ronda del Draft, sabe a poco la verdad.
La incógnita del verano de 2018 que puede ir despejándose
Más allá de lo que pueda suponer meramente a nivel deportivo a corto plazo este cambio, también es un movimiento clave para poder ir aclarando el camino de los Thunder de cara al verano de 2018, un verano donde Westbrook y George finalizan contrato y ambos tienen una “player option” con los cantos de sirena de los Lakers resonando en sus cabezas. Carmelo también finaliza contrato y también tiene la mimsa opción de jugador para seguir, y quizá su llegada pueda acabar de convencer a ambos para formar un proyecto sólido a medio plazo juntos.
De lo contrario, la situación tampoco sería tan dramática como a simple vista podría suponer perder a tres jugadores de tal calibre a la vez. Oklahoma liberaría más de 74 millones para encarar un verano plagado de talento en la agencia libre (Westbrook 28,5; George 19,5 y Carmelo 26,2), y mantiene sus primeras rondas de los próximos drafts intactas pese haber estado envueltos en dos de los mayores traspasos de este verano. El riesgo está ahí, si los Thunder no completan una temporada exitosa, quizá este nuevo trío pueda plantearse su futuro, pero es un riesgo que conviene asumir. El problema está en el objetivo que tengan en la franquicia a nivel deportivo para poder valorar ese éxito o poder tildar la temporada de fracaso. Siendo realistas, ni la llegada de Carmelo les alza a estar a la altura de los Warriors, y por tanto una temporada exitosa a mi entender sería poder alcanzar las Finales de Conferencia e intentar arañar algún partido a los de la Bahía. La competencia con los Rockets eso sí, sería extraordinaria, situándose ambos equipos como las principales, y casi únicas, alternativas más o menos serias a Golden State.
Un quinteto equilibrado y un proyecto que apuesta por el “ya”
Repasando uno por uno los jugadores que supuestamente van a componer el quinteto de los Thunder, nos encontramos con un elenco totalmente compensado entre ataque y defensa y un justo equilibrio entre veteranía y juventud. Westbrook-Roberson-George-Anthony-Adams, es sobre el papel un quinteto capaz de luchar por todo, aunque quizá la mala fortuna sea que coincidan con una etapa tan dominadora de Cleveland y Golden State, lo que limita sus posibilidades.
Roberson y Adams son dos de los mejores defensores de la liga en sus puestos, el primero, especialista defensivo de perímetro, un perro de presa, un jugador que sabe colocarse siempre para molestar a su par, siempre la estrella exterior rival, que en muchas ocasiones logra minimizar enormemente. El segundo un protector del aro de los que ya no quedan, un pívot aguerrido y físico, buen taponador y consumado reboteador. Sin desmerecer a Westbrook o George, jugadores capaces de aportar muchas cosas en defensa desde sus rápidas manos y movimientos laterales.
El ataque será cosa de tres, del nuevo “Big Three” que forman los Thunder, haciendo un símil futbolístico, de la WPC. Tres jugadores siempre presentes en las listas de máximos anotadores de la liga, capaces de anotar con un librillo de recursos casi ilimitados. Lanzamiento exterior, de media distancia, penetraciones, circulación de balón, velocidad, posteo… mil formas de matar al rival. Además, Carmelo de ala-pívot será capaz de asumir una menor carga ofensiva a la que tenía en los Knicks, y podrá desplazarse sin problemas a ser una tercera espada por el bien del equipo. Todo ello también ayudará a Adams a campar prácticamente a sus anchas en la zona, y con el foco de las defensas puesto exclusivamente en la línea exterior, el neozelandés puede ser el gran beneficiado de este traspaso.
En el banquillo también aparecen opciones interesantes: Abrines, Patterson o Grant. Ellos deberán ser los principales puntales cuando el quinteto tome oxigeno y necesiten otras opciones en ataque. La única fracción puede verse en el juego interior, donde Adams queda prácticamente como único referente y pierden uno de los mejores anotadores interiores desde el banquillo como era Enes Kanter.
En definitiva, el Oeste suma otra súper estrella tras un verano lleno de trasvases desde el otro lado del país, y ajusta todavía más la zona noble de una conferencia que impone un aterrador respeto. El Este en cambio, pierde otro de sus puntales y deja un agujero importante en unos Knicks donde Porzingis va a poder demostrar aún más su enorme talento.