Seguramente las dos sendas victorias propinadas en San Antonio tenían bastante confiados a los Spurs. Popovich había encontrado, al parecer, la fórmula perfecta para eclipsar el agresivo juego de Kevin Durant, Russell Westbrook y sus compañeros.
Sin embargo, hubo un factor que probablemente no consideraron en Texas: la vuelta del magnífico Ala-Pívot Serge Ibaka, cuya presencia en el costado defensivo se ha hecho notar de sobremanera en ambos partidos jugados en el Chesapeake Arena, que han conseguido poner de nuevo la serie empate a 2 gracias a que este martes los Thunder lograron una clara victoria por 92 a 105.
De ceder 120 puntos en la pintura durante los primeros duelos, el Thunder redujo a 76 las anotaciones de su rival bajo dicho recurso. Ése es sólo el dato duro, puesto que la notable mejora que sufre el conjunto dirigido por Scott Brooks cuando el congolés naturalizado español está en cancha, se aprecia en estadísticas difíciles de analizar cuantitativamente.
La confianza, seguridad y estímulo que genera el tener a una verdadera bestia desviadora de tiros bajo tu tablero consolida cualquier defensa, multiplicando la cantidad de tapas y recuperaciones de balón tan útiles para un esquema de velocidad como el propuesto por los locales (21 – 0 en puntos de contraataque para ellos).
Los jugadores franquicias por fin están jugando su rol
Junto con los ajustes en defensa han venido las recuperaciones morales de las estrellas del elenco. Comandados como siempre por Westbrook (ni más ni menos que 40 puntos, 10 asistencias y 5 robos en el cuarto partido) y Durant (31 anotaciones), los de Oklahoma supieron anular los aportes individuales de su oponente, dejando en 14 al máximo anotador (sitio que comparten los franceses Tony Parker y Boris Diaw).
Pese a las impresionantes cifras que registraron anoche, la clave de estos dos triunfos ha pasado evidentemente por el alza defensiva que cortó la fluidez del ataque sanantonino, motor de tantas complicaciones causadas al inicio de la serie. Brooks parece haber comprendido que sólo avanzará en esta llave perfeccionando el área donde realmente se ganan los partidos de baloncesto.
Seguramente Popovich y sus hombres piensan y entrenan con el objetivo de recuperar el nivel mostrado en la inauguración de las Finales del Oeste, para lo cual deberán idear una estrategia capaz de burlar la férrea marca liderada por Ibaka, así como también las decenas de tiros encestados por la mejor dupla anotadora de la liga.
El escenario ha cambiado y el sexto juego a disputarse en San Antonio marcará seguramente un momento clave de cara a la definición del campeonato.