Noche mágica para los Warriors y dominio firme de los Celtics

La jornada inaugural ya ha pasado y la NBA ya está por tanto oficialmente de vuelta. Pasaron muchas cosas, aunque en lo deportivo brillaron Celtics y Warriors, que lograron estrenar su casillero de victorias frente a Sixers y Thunder. Pero también hubo tiempo para poner la lupa en otros aspectos que nos dejó la primera de muchas noches sin dormir.

Regresaron Hayward e Irving, pero ahora mandan otros

El primer partido de la liga fue un adelanto de la que podría ser la final de conferencia en el Este, un Sixers-Celtics de presente y futuro, que por mucho que Embiid se empeñe en decir que no es una rivalidad, ya es uno de los duelos más intensos y vistosos que se pueden ver hoy en día.

La primera gran noticia fue el regreso de Gordon Hayward, prácticamente un año después, tras aquella fatídica lesión en la Opening Night de 2017 frente a los Cavaliers. La otra fue la vuelta también de Kyrie Irving, seis meses después de ausentarse por sus problemas de rodilla. Sin embargo, los que llegaron hace ahora dos veranos para liderar al equipo, se han encontrado con dos jóvenes que ya han tomado las riendas de la pizarra de Stevens.

Tatum y Brown le quitaron todo el protagonismo a los dos retornos más esperados en el Garden, incluso más que la vuelta del propio baloncesto. También se lo quitaron a Simmons y Embiid, que brillaron sin premio. El ex de Duke fue el mejor del encuentro con 23 puntos, 9 rebotes y más de un 50% en TC; a su lado, Jaylen firmó 12 puntos, 5 rebotes y algunas de las mejores acciones del partido. Todo en 28 minutos para ambos, suficientes para desmoronar a los Sixers tras el descanso a través de una defensa coral y de un rendimiento excelso de la segunda unidad. Al final, 87-105 para los verdes.

En Philadelphia debieron exprimir al máximo a sus dos estrellas porque el resto no respondía. 42 minutos para Simmons y 36 para Embiid, que se jugaron 35 de los 87 tiros totales del equipo. Respondieron con números: 19+15+8 para el «baseescoltaaleroalapivot» y 23+10 para el center. Pero estuvieron muy lejos en sensaciones. El propio Embiid admitió la diferencia que hay ahora mismo entre ambas franquicias al acabar el encuentro: «Los Celtics siempre nos patean el culo”, declaró. “No es una rivalidad. No sé nuestro récord contra ellos. Pero es muy malo”. Efectivamente el balance es muy negativo para los Sixers: 15-2 en contra desde 2014.

La suerte del campeón y de Stephen Curry

No suelen ser fáciles las primeras noches para los Warriors. La temporada pasada ya perdieron, tras recibir los anillos de campeón, frente a los Rockets, y la anterior hicieron los propio ante los Spurs. El encuentro ante los Thunder no iba demasiado desencaminado a ninguno de aquellos, y eso que en Oklahoma no pudieron contar con Russell Westbrook, aquejado de problemas en la rodilla. Sin él, el Oracle Arena se preparaba para un paseo, pero los chicos de Billy Donovan demostraron ser mucho más que su estrella.

Siendo un partido malo de los Warriors, finalmente pudieron ganar. Principalmente gracias a la defensa de Kevin Durant sobre Paul George en los últimos minutos y al acierto de un Stephen Curry que se fue hasta los 32 puntos, 8 rebotes y 9 asistencias. Entre KD y Thompson sumaron un 1/13 en triples difícil de volver a ver, aunque el alero sacó probablemente la canasta más importante de la noche a falta de 30 segundos. Luego dio el susto tras caer mal con su hombro, pero se levantó y el Oracle ya pudo celebrar el primer triunfo por 100-108.

También hay que dar crédito a Kevon Looney, autor de 10 puntos y 10 rebotes y de otra de esas canastas ‘vitales’ para ganar el duelo. Enfrente tuvieron a un Dennis Schröder que no le importa tomar el testigo de Westbrook cuando el balón quema, además sumó 21 puntos y 9 rebotes que le colocan como serio aspirante a ser ‘Sexto hombre del año’ cuando vuelva la estrella y él empiece desde el banquillo.

Unos anillos reversibles por primera vez en la historia

Previo a ese triunfo de los Warriors, se vivió el ritual de entrega de los anillos, que este año tuvo algunas importantes novedades. Primero de todo los anillos cayeron del cielo, con luces azules y amarillas y envueltos en una bolsa negra y una vez ya entregados se pudo ver que eran reversibles. Algo nunca antes visto. La parte superior del anillo tiene dos caras, una con 74 diamantes y otra con 74 zafiros, en honor al total de victorias de la temporada pasada sumando liga y playoffs. Además, al desmontar esa parte reversible, se aprecia el lema del equipo: Strength in Numbers. 

Ahora el objetivo será innovar por si el año que viene les toca repetir ceremonia.

Sergi Concha: Estudiante de Periodismo Deportivo. Editor de SweetHoops.com. Puedes escucharme en Banana Boat Podcast.
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