“Bendito problema” es la frase del verano. Chascarrillo que solemos usar cuando un problema, una encrucijada, una duda, nos depara dos soluciones alternativas pero igualmente buenas.
Nuestro “bendito problema” tiene que ver con la elección del jugador que ocupa la plaza de nacionalizado en la selección. Una plaza, para la que Mirotic y Serge, confirmaron su disponibilidad y que finalmente fue destinada al alero montenegrino.
Que decisión más sencilla. Ibaka terminó lastrado por lesiones una dura temporada, en la que las estrellas de los Thunder, Westbrook y Kevin Durant, disputaron muy pocos partidos, haciendo que el pivot africano jugara todo y más para intentar acercar a su equipo a los PlayOffs.
Aun así, Serge se declaró preparado para formar parte de la selección española en este Eurobasket que empieza, obligando a Scariolo a pronunciarse por uno de los dos pretendientes al puesto.
Mirotic me parece un jugadorazo, eso por delante. Su progresión en la ACB y su aterrizaje en la NBA son dignos de un programa de Iker Jimenez. Destila sacrificio, horas de entrenamiento y talento. Sin duda Niko tiene un techo de progresión altísimo y una edad que le permitirá conseguir cualquier cosa en su carrera.
Y así podría seguir alabando a nuestros jugadores nacionalizados durante un buen rato, lo que no podría seguir diciendo es que tenemos un “bendito problema”. Tenemos un problema bastante gordo y os voy a decir el porqué.
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Si levantamos la vista un poco, y suponemos que España consigue clasificarse para los JJOO Rio 2016, volvemos a la encrucijada, pero esta vez es un tema crucial.
Serán los últimos Juegos de Pau, de Calderón… en fin, de una generación absolutamente brillante, que nos ha hecho emocionarnos luchando y ganando todo lo que se ha puesto en su camino.
Unos Juegos Olímpicos que cierran una época del baloncesto español, en los que la selección debería hacer un equipo absolutamente compacto y compensado para competir contra los mejores equipos del mundo. Y… sí, ya pienso en Estados Unidos.
Scariolo también lo hará y seguramente esto que estamos pensando ya lo habrá reflexionado; el verano que viene tiene una decisión importante y que, desde mi punto de vista, puede cambiar completamente el destino de la Selección en Brasil.
Me gusta mojarme, así que si tuviera que elegir un nacionalizado para los JJOO 2016, no dudaría mucho y llevaría a Ibaka.
Me resultaría imposible renunciar a uno de los mejores defensores de la NBA, en una selección como la nuestra, que al igual que va sobrada de talento y experiencia, peca en ocasiones de blandita y con intensidad defensiva más bien baja.
Mirotic, es un jugador TOP, un profesional del más alto nivel, pero su estilo y su físico no aportan ese punto defensivo que es insalvable para intentar ganar a rivales como EEUU, donde la potencia y el cuerpo a cuerpo marcan la diferencia.
Y claro, ¿quién quiere perderse unos Juegos Olímpicos? Ya sabemos la importancia que tienen las medallas olímpicas en este deporte. Sin duda es el mayor hito baloncestístico entre países, por encima de las competiciones continentales y del tibio Mundobasket. Ningún jugador querrá perderse la ocasión de participar. Ni Mirotic ni Ibaka querrán dejar escapar esta competición, y entonces no se si las reacciones y comentarios serán tan amistosos.
Nos espera un Europeo interesantísimo y un 2016 cargado de “benditas decisiones”.
Mis palomitas y a disfrutar del espectáculo.