Desde la temporada 1999/2000 los Knicks no conseguían pasar de primera ronda de PlayOffs. Aquel año 2000 fue el último estertor de una franquicia que desde entonces ha estado convaleciente, presa de sus propios vicios, y que este año ha conseguido avanzar por fin de tan fatídico nivel gracias a la cordura de Mike Woodson y a la apuesta firme en un juego que tiene en Carmelo a su mayor baza y a su peor enemigo al mismo tiempo. Los Celtics plantaron cara, como todo el mundo esperaba, pero finalmente en el sexto partido la eliminatoria se fue del bando knickerbocker, que se verán las caras con los Indiana Pacers en segunda ronda.
-PLAYOFFS 2013: Cuadro, calendario y partidos-
Up!
La base que ha conseguido formar Mike Woodson en Nueva York es la primera muestra de cordura que se ve en la Gran Manzana desde hace mucho tiempo. Basados en un juego sencillo y eficiente que tiene su referente en el A-B-C del baloncesto y en confiar en la mano de Anthony, los Knicks se han dejado por fin de riñas internas, y conforman un bloque que mezcla veteranía y punch. Recuerdan mucho a los Mavs campeones de 2011 estos Knicks, veremos hasta donde les llega la pólvora.
Down
Sin embargo, los fantasmas fanfarrones que en el pasado mermaron las opciones neoyorquinas hicieron amago de volver en el quinto partido. Los Celtics habían ganado su primer partido dejando la serie en 3-1, y a la vuelta en el Madison los Knicks se presentaron vestidos de negro haciendo referencia al ‘funeral’ celtic al que iban a acudir esa noche. Los Celtics asaltaron el Madison dejando en evidencia los puntos flacos de un equipo con facilidad para subirse a la nubes, y al que aún le queda mucho que demostrar.
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Al orgullo Celtic. No tenían nada que demostrar más allá de lo que habían conseguido al clasificarse para PlayOffs sin Rajon Rondo, pero a Garnett y compañía con eso no les bastaba. Acompañados por el nuevo tripulante, Jeff Green (20 ppp en la eliminatoria) KG y Pierce sembraron las dudas de los Knicks más fuertes de la última década, dejando clara su extraña habilidad para no poner nada fácil a ningún otro equipo.
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A la posible marcha de Paul Pierce. Un equipo como Boston exige mucho, y por el Garden ya hay quien habla de que se usará la opción de cortar a Pierce (con contrato no garantizado) para poder manejar una mayor masa salarial de cara a una posible reconstrucción. Estando por encima del límite salarial, cortar los 15 millones que cobraría Pierce el año que viene dejaría tan solo un margen de maniobra de 5 millones a los verdes (debido a que pese a la rebaja no estarían por debajo de la llamada ‘línea blanda de gasto’) con los que costaría mucho encontrar a un hombre que aportara cuanto menos la mitad de lo que hace Pierce. Diatribas aparte, toca verano movidito por Massachusetts.
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