15 de junio de 2014. Una fecha que puede pasar a ser histórica para la NBA… o una más en el calendario de unas Finales que, como durante la última década, tiene a Miami, LeBron y en especial a los Spurs de San Antonio, como unos de sus nombres recurrentes. Los Spurs afrontan este domingo en casa el partido que puede dar el quinto anillo a esa dupla ya histórica formada por Popovich y Duncan. Un reconocimiento que sería el broche perfecto para zanjar una carrera plagada de éxitos. Pero delante tienen al de siempre. Al antihéroe. El mejor jugador de baloncesto de la actualidad que, por suerte o desgracia, siempre ha acabado representando el papel de villano. Y no se lo pondrá fácil.
Nadie en la historia de esta liga ha remontado nunca un 3-1 en unas Finales. A punto estuvieron ya, hace más de 4 décadas, los Knicks de 1951 y los Lakers del 66, que consiguieron forzar el séptimo encuentro para acabar muriendo en la orilla. Un reto más para un equipo que pese a haber recogido en los últimos años el odio de buena parte de los aficionados de la NBA ha demostrado que sin ellos, este juego no sería lo mismo. Los Heat tienen pues ante sí la enésima posibilidad de recibir el aplauso de los no creyentes. Como hicieran el año pasado en aquel estratosférico partido marcado por el triple de Ray Allen.
Reduciendo las posibilidades de los Heat a la épica, la cita de este domingo cobra mayor importancia al hablar de LeBron James. Más solo que nunca, parecido a aquellas primeras finales que perdió con Cleveland en 2005 ante los mismos adversarios, ‘The King’ está desarrollando estos partidos en una especie de quiero y no puedo inquietante. Sin Wade, y con Bosh descolocado, el de Akron sigue demostrando en cada bote que es el jugador más dominante, pero esta vez parece que hay una cadena que lo ata para no cruzar los límites de lo humano. Desde su prematura retirada en el primer partido se habla de que está jugando con molestias, algo desmentido por él en todo caso.
Veremos quién se lleva la Historia. Porque eso es lo que está en juego en este quinto partido. El anillo definitivo del mejor equipo de baloncesto del planeta, o mantener viva la posibilidad de conseguir el three-peat por parte del mejor jugador. Un objetivo que ahora sí, llevaría a LeBron y su época al siguiente nivel, ese para el que fue llamado desde que tenía tan solo 16 años.
Ellos creen. Tú crees? RT si piensas que Miami lo va a lograr. FAV si lo ves imposible. #dormiresdecobardes pic.twitter.com/d1rklE8Xl2
— Sweet Hoops NBA (@SweetHoopsNBA) junio 15, 2014