Memphis vence a Oklahoma en la prórroga y se adelanta en la serie

Otra vez la historia vivida en el segundo partido. Otra vez Memphis dilapidando una ventaja de más de diez puntos en los últimos minutos del último cuarto. Otra vez, tras el empate, los Grizzlies consiguen una pequeña ventaja en el marcador (gracias a Tony Allen, otra vez mayúsculo). Otra vez los Thunder con un 3+1 imposible (en esta ocasión, Westbrook) para mandar el partido a la prórroga. Y, otra vez en la prórroga, a Oklahoma se les escapa el partido.

Dos partidos consecutivos, dos guiones prácticamente exactos. Y los dos cayendo del mismo lado. Los fantasmas de las semifinales de conferencia del año pasado (4-1 para Memphis) vuelven a aparecerse en los Thunder en un momento preocupante para ellos. Si bien al inicio de estos PlayOffs, y principalmente por el estado de gracia de Kevin Durant, la venganza se presuponía fácil de conseguir en Oklahoma, apenas una semana después de que comenzara la serie, las sensaciones son totalmente diferentes.

Principalmente por un factor con el que nadie contaba pero que está siendo decisivo en la eliminatoria: Tony Allen. El escolta ha practicado en los dos últimos choques una defensa contra Durant que ha rozado la perfección. Merced a ella los porcentajes del favorito al MVP de la temporada regular han dejado mucho que desear: 12/28 y 10/27, redondeado el último con 0/8 desde el triple.

Pero aunque éste sea un factor importante en la eliminatoria, otras sorpresas decantan en los minutos finales el marcador hacia los ositos. Como por ejemplo la figura de Beno Udrih. Denostado por los Knicks y salido por la puerta de atrás del Madison, sin pasar de los 14 minutos en pista en estos dos encuentros promedia 13 puntos. O el hijo pródigo Mike Miller, que en su vuelta a casa ha demostrado que el baloncesto todavía corre por sus venas cuando muchos querían retirarle. En el segundo partido convirtió un triple a falta de un minuto para terminar en último cuarto que fue un bálsamo para su equipo, que había perdido una ventaja de 8 puntos.

¡Y todo ello sin contar con los tres jugadores más importantes del equipo! Mike Conley, sin tener el nombre de Chris Paul o Tony Parker es, a día de hoy, uno de los mejores bases de la liga. Todo ello lo ha conseguido poco a poco, trabajando mucho y sin llamar la atención, pero es un hecho que ya está ahí (19,5 puntos en las dos victorias de Memphis). Y en la zona, Zach Randolph (20,5 puntos y 8 rebotes) y un Marc Gasol que sin estar especialmente acertado de cara al aro se está yendo a números  parecidos a los habituales (15 puntos y 7,5 rebotes). Por si esto fuera poco, entre los dos promedian casi nueve asistencias por partido, algo inusual en una pareja interior.

En la madrugada del sábado al domingo, a las 3.30 hora española, se juega el cuarto partido, que se presume clave para las aspiraciones de ambos conjuntos. Una victoria de Oklahoma les devolvería el factor cancha y, por tanto, el favoritismo. Pero de llegar una victoria de Memphis, todas las alarmas saltarían en una franquicia que hace una semana era la favorita para llevarse el anillo de campeón.

 

Diego González Linaza:
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