Marc Gasol: zarpazos a ritmo de Rock&Roll y de triple

No hay rincón en la ciudad de Memphis, al suroeste de Tennessee, donde no se idolatre a Elvis Presley, indiscutible rey del Rock&Roll y uno de los personajes más influyentes de la historia moderna. Su carisma, su movimiento de pelvis, su toque con la guitarra y su liderazgo, eran rasgos fundamentales que parecían no poder volver a verse nunca más en la ciudad del río Mississippi, hasta que Marc Gasol se ha empeñado en grabar su nombre en los altares de Memphis junto a personalidades como: Morgan Freeman, Aretha Franklin, Martin Luther King, B.B. King o el propio Elvis.

Lógicamente las comparaciones pueden ser desproporcionadas, tan solo Michael Jordan en el mundo del baloncesto, podría equipararse en cuanto a influencia global a tanta leyenda, pero lo que está haciendo el mediano de los Gasol es sin duda para guardar en los libros de historia y dar cátedra sobre ello 30 años después a los jóvenes talentos que transcurran por Tennessee.

Los Grizzlies se presentaban a esta temporada con la renovación millonaria de la a priori su estrella, Mike Conley, y con la llegada de un alero polivalente que les mejoraría el gran déficit del lanzamiento exterior, Chandler Parsons. Unidos a Zach Randolph, Tony Allen y Marc, formaban uno de los quintetos más compensados de la liga. Con un entrenador nuevo y joven, y la ayuda en el banquillo de hombres como Vince Carter, Brandan Wright o JaMychal Green, las expectativas estaban por todo lo alto.

Dudas desde el comienzo con arreón inmediato

El primer cambio sorpresivo que introdujo Fizdale, fue pasar a un pilar del equipo como Randolph al banquillo, para que el peso ofensivo no se perdiese con una segunda unidad escasa de anotación, en su lugar Green ocupó el puesto titular.

Empezaron la temporada con un bagaje de 4 victorias y 5 derrotas, y además sin poder hacer debutar a su gran fichaje Parsons, hasta la 7ª jornada. Las dudas empezaron a surgir, el equipo no era tan sólido en defensa y el ataque seguía siendo tan espeso como de costumbre, y aunque solo eran 9 partidos, la exigente afición de Memphis ya quería algo más.

Entonces llegó la primera gran racha de la temporada, 6 victorias seguidas que les aupaban a los puestos de cabecera de un Oeste dominado con mano de hierro por los Warriors, Spurs y Clippers. Sabiendo que instalarse en ese particular podio es tarea imposible para el resto de equipos, Memphis buscaba ser el líder terrenal, ser cuartos de conferencia y asegurarse el factor cancha en la 1ª ronda de Playoffs es un objetivo medianamente asequible para ellos, y durante esta racha de 6 victorias, Conley y Gasol empezaron a mostrar su mejor versión.

El drama de las lesiones y cargar el peso

Pero no todo iban a ser buenas noticias, y tras esa maravillosa racha, llegó un bache de 3 derrotas en 4 partidos, y además perdieron por lesión a Parsons, Conley, Carter y Ennis, sumándose a la baja prolongada de Wright y la ausencia de Randolph por el fallecimiento de su madre. Ahí empezaron a saltar las alarmas, 11-8 con 6 hombres importantes lesionados y el déjà vu de la temporada pasada, donde tuvieron que utilizar hasta 28 jugadores para paliar la plaga de lesiones, un auténtico récord.

Aquí empieza el verdadero sentido del artículo, un contexto largo para llegar a entender realmente de lo que ha sido capaz Marc Gasol durante este mes de diciembre. A cierre de artículo los Grizzlies acumulaban otra maravillosa racha de 6 victorias seguidas, doblegando a un rival directo como los Blazers y a los poderosos Warriors por 21 de diferencia, en ellas Big Marc ha promediado 25,5 puntos; 7,5 rebotes y 5,5 asistencias; 1,5 robos y 2 tapones. Completísimo.

La mejora brutal de Marc no queda solo en los meros números, sino que ha evolucionado de manera excepcional en el lanzamiento exterior, sumando el triple a una de sus armas favoritas y más efectivas a día de hoy, exigido desde el inicio por el nuevo entrenador, que le obligó a lanzar un mínimo de 3 triples por partido. La respuesta fue clara, 44% de acierto desde más allá del arco, lo que le sitúa en el top 10 de mejores triplistas de la competición en cuanto a acierto se refiere. Hasta esta temporada, Gasol solo había convertido 12 triples en toda su carrera en la NBA, en esta, ya acumula 38, habiendo lanzado 87. Pero no solo es tirarlos, sino como lo hace. Su mecánica de tiro cada vez más pulida y más rápida, puede anotar en estático y en catch&shoot donde suele tener una gran efectividad desde los 5-6 metros. Sus movimientos al poste son una maravilla, volviendo loco a su par con fintas, asistencias o reversos difíciles de ver en hombres de su tamaño (pregúntenle a Plumlee si ha encontrado ya su cintura).

Pero el 33 de los Grizzlies tampoco se queda solo en esa mejora en el lanzamiento, sino que se ha erigido en el verdadero líder del equipo, en el oso padre. Tanto dentro como fuera de la cancha crea una química especial en torno a él, donde cada jugador se siente importante y con confianza a su lado. Solo así se entiende que todos los fichajes de emergencia o jugadores de la NBDL que llegan a los Grizzlies estén encantados con su sola presencia. Los reconocimientos le van llegando, y si le vimos firmar su segundo triple doble de su carrera ante los Pelicans, ahora le vemos ser el mejor jugador de la semana en el Oeste, también por segunda vez en su trayectoria, y compartiendo honores con LeBron James. Ahora Memphis está asentado en el 5º lugar de la conferencia, pero muy cerca de poder asaltar la 3ª plaza de unos Clippers sumergidos en pequeñas dudas. Ya tienen el mejor rating defensivo de la liga, con 99,5 puntos por partido, siendo Marc el más eficiente en esa estadística.

Si nada se tuerce, sin duda en febrero tendrá su 3ª presencia en el All-Star, formará parte de los mejores quintetos de la liga y defensivos, y no se extrañen si en su guitarra imaginaria se tocan los acordes de la melodía del ¡MVP, MVP, MVP!

Sergi Concha: Estudiante de Periodismo Deportivo. Editor de SweetHoops.com. Puedes escucharme en Banana Boat Podcast.
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