Ya están aquí las finales de Conferencia, y en el primer asalto en el Oeste los chicos de Steve Kerr hicieron buenos los pronósticos dominando el partido por 106-110. No fue un partido al uso, ni como se esperaba.
Espoleados por la remontada ante los Clippers los Rockets pusieron la directa consiguiendo irse arriba en el primer cuarto, pero, para sorpresa de todos, con un James Harden que apenas intentó dos tiros en ese periodo.
Ante esto, los Warriors respondieron con un parcial de 25-6 que dejó las cosas dispuestas en igualdad al descanso. De ello se encargó Stephen Curry con un triple sobre la bocina, y la genial actuación de un invitado sorpresa, Shaun Livingston, que desde el banquillo aportó anoche 18 tantos, 16 de ellos en la primera mitad.
Así las cosas, el encuentro tomó la senda habitual a partir de la segunda mitad con un Curry que dinamitó el marcador: Sus 34 puntos (6 de 11 en triples) avalaron su posición como MVP de la NBA.
Sin embargo, el partido rompió una tendencia que parecía predecible. Los Houston Rockets, el equipo que más triples intenta de la NBA (33 por partido en regular season) renegó anoche de este arma, quedándose en un 8 de 22 y con Josh Smith (sí, Josh Smith) como el jugador que más lanzó desde la distancia con 6 intentos.
No sabemos si esto marcará tendencia para el resto de la serie, lo cierto es que este martes Harden, tras empezar mal, se repuso y casi culmina un triple doble (28 puntos, 10 rebotes y 9 asistencias) mientras que Howard se vio apartado del encuentro a partir del tercer cuarto por problemas musculares. Con todo, y a pesar de los arreones de ‘La Barba’, Curry se las apañó para sellar el partido cuando los cohetes amenazaban con remontada, y el primer asalto se quedó en la esquina local.