Dos anillos, cuasi MVP de las finales, escudero de oro de Bryant… y entre medio Bulls, Cavaliers, Rockets, Nueva Orleans y ahora, Phoenix. La historia de Pau Gasol y los Lakers es la de un matrimonio que sigue durmiendo junto por costumbre. Si a los primeros rumores de salida se respondía con el mal funcionamiento de la franquicia angelina, el pívot español ha acabado de confirmar esta temporada que a él tampoco le hace demasiada gracia ya forzar las apariencias.
La semana pasada era Kobe Bryant el que aseguraba a la prensa que había visto a su compañero durante 6 años jurar en el vestuario de los Lakers tras la enésima derrota de su equipo. A ello se suman las recientes declaraciones de Gasol en las que declaraba grosso modo que «lo que tenga que pasar que pase» alegando ya cansancio a su continua presencia en el disparadero de rumores NBA.
El tope en la válvula de escape del pívot de San Boi llegó tras el rumor que lo colocaba en Cleveland en los movimientos encuadrados en la salida de Bynum. Era demasiado. Sin embargo, ahora nos encontramos con un nuevo rumor que va cogiendo cuerpo a medida que pasan las horas. Los Phoenix Suns han puesto sus ojos sobre Gasol, y parece que solo su lesión de esta semana ha frenado el ‘sí’ procedente de Lakerland.
Gasol -con 19 millones de contrato que finalizan esta temporada- pondría rumbo a Arizona a cambio del jugoso contrato-cheque-en-blanco que supone Emeka Okafor. El nigeriano, lesionado para toda la temporada, acaba su contrato de 14 millones esta temporada, y una importante parte de su salario está cubierto por un seguro. Con el intercambio los Lakers se quedarían al borde de no pagar impuesto de lujo, y los Suns recibirían el contrato de Pau con margen aún de maniobra.
Pau y los Suns ¿Un amor pasajero?
El equipo de Arizona -sorpresa rotunda de la liga en puestos de PlayOffs y con un basket que enamora– anda buscando un gran fichaje que acabe de armar un equipo que ya ha sorprendido a propios y extraños. Pau reforzaría su juego interior, compuesto actualmente casi únicamente por el hombre milagro Miles Plumlee y los hermanos Morris, además de llegar con un contrato caduco que, en caso de no salir del modo adecuado, dejaría a los Suns con el mismo margen salarial con el que cuenta actualmente.
Sin embargo, en los Suns Gasol podría encontrar el hueco adecuado en el que acabar su carrera en la NBA. El interior español siempre ha sido hombre amante de donde le tratan bien, y no sorprendería a nadie que de encontrar su espacio en Arizona ponga de su parte rebajándose el salario para quedarse en un equipo al alza que podría acometer el próximo verano algún fichaje más con enjundia.
En definitiva, todo cuadra dentro de las cuentas de los interesados, rejuveneciendo la trayectoria de un Gasol que a sus 33 años, y pese a las críticas, no ha dejado de promediar su doble-doble de rigor con una seductora cercanía a los 20 puntos.
Se rompió el amor de tanto usarlo
La historia de Pau y los Lakers ha ido degenerando a medida que los resultados de los angelinos han empeorado. El número 16 de oro y púrpura ha pasado de ídolo de los dos recientes anillos de los Lakers a cabeza de turco de todos los males que hoy se concentran en Hollywood. Y todo a sus 33 años, y después de llegar en febrero de 2008 en un traspaso que en ese momento se percibió como un atraco para los Grizzlies.
Ha llovido mucho desde entonces, y la relación de Gasol con la grada del Staples y su directiva ha ido poco a poco empeorando. Los males empezaron en 2011 con la eliminación de los Lakers en PlayOffs a costa de Dallas -después campeones- y llegaron los apelativos de blando, poco implicado, y sobrepagado que el lenguaje gestual del catalán y su carácter condescendiente también han avalado en parte. Al otro lado del meollo, Kobe se alzaba como la única voz que salía en defensa del hombre con el que se hizo un poco más grande. Hasta la llegada de D’Antoni al banquillo, punto del partido del tobogán hacia el desasosiego sobre el que ahora resbala Gasol.
Si los Suns supondrán un pétalo más de la margarita deshojada en todo este proceso es algo que solo el tiempo dirá. Pero de momento, poco a poco, van encajando piezas, significando quizá el primer rayo de sol en la maltrecha relación vivida entre Gasol y el Staples.
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