Tras el varapalo sufrido en el cuarto encuentro en casa ante el Big Three de Miami, los Spurs se pusieron manos a la obra y se convirtieron en un auténtico torbellino en el quinto partido de las series, ganándolo por y dejando el 3-2 a su favor en la serie. Manu Ginobili sabía que iba a tener su oportunidad y le llegó de la mano de la titularidad. El argentino no desaprovechó el reto de Popovich y respondió con su mejor actuación el lo que va de postemporada, anotando 26 puntos y repartiendo 10 asistencias y dejando a punto de caramelo el que podría ser su tercer anillo con San Antonio.
Los de El Alamo no se quedaron atrás con Tony Parker volviendo a ser ese duende maquiavélico que destroza defensas para igualar la marca anotadora de Manu, mientras que Tim Duncan, que parece haber bebido de la fuente de la juventud eterna se lució con un doble-doble de 17 puntos y 12 rebotes. Tampoco se achicaron los jóvenes valuartes de los texanos ya que Danny Green consiguió 24 puntos rompiendo además el record de triples de Ray Allen en una serie con 25. Es el segundo que le mangan esta temporada, ya que el base de Golden State Stephen Curry le arrebató el de triples anotados en una temporada. Por su parte, Kawhi Leonard contriubuyó a la victoria con 16 puntos y 8 rebotes y una excelente defensa sobre LeBron James. Aún queda San Antonio para rato.
De nada valió el segundo gran partido consecutivo de Dwayne Wade con 25 puntos y 10 asistencias, ni los 25 puntos de el MVP, que anotó por debajo del 50%, algo que viene siendo una sorpresa esta temporada. Ni siquiera se puede señalar a Chris Bosh que anotó 16 puntos aunque estuvo alguno blando en la pintura y no fue resistencia alguna para Duncan. También Ray Allen cuajó un gran partido con 21 puntos y anotando los cuatro tiros de tres de los que dispuso. Simplemente los locales fueron mejores, mucho mejores. Algo que explica que los Spurs ganasen concediendo más pérdidas (18-13) y sólo superando a sus rivales en dos rebotes (36-34). Ni siquiera el movimiento de balón fue mejor para los de casa ya que repartieron menos asistencias que los Heat (21-25).
Sin embargo, los chicos de Pop tiraron con un espectacular porcentaje del 60%. Además, la rotación de banquillo de Heat no funcionó con Spoelstra dejando fuera un Chris Andersen que no ha vuelto a ser el mismo desde su «ida de olla» con Hansbrough. Eso unido al terrible partido de Mike Miller y al no mejor de Mario Chalmers. A San Antoni todo parecía salirle bien, incluso Splitter pudo olvidarse de la chapa del siglo que le propinó James con una espectacular entrada a canasta que coronó con un mate a dos manos. La única verdad es que los Spurs jugaron como campeones. Pero, ¿conseguirán los Heat cambiar el momentum? «Win or go home»…
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