Los de Philadelphia se impusieron este miércoles en la cancha de los Wolves, dejando su récord en 1-17 evitando así igualar al que hasta ahora era el peor arranque en la historia de la NBA. A pesar de tener el peor equipo de la liga, los Sixers parecen dar muestras de estar vivos, como en el partido de ayer, cuando remontaron pese a estar por debajo del marcador a falta de 2 minutos.
Tanking, no tanking, o simplemente malos. Los Philadelphia 76ers consiguieron ayer su primera victoria de la temporada, y con ella, desterrar la opción de igualar el peor inicio de temporada vivido en la historia de la NBA, el cual está y seguirá estando en poder de los Nets del año 2009, quienes empezaron con 0 victorias y 18 derrotas el curso.
Y es que si a alguien podía ganar este equipo -de lejos, la peor plantilla de la liga- era a los destartalados Wolves, a quienes remontaron cuando iban por delante en el marcador a falta de escasos minutos para el final del encuentro y con quienes dejaron la anécdota de empezar el partido sin saber quién atacaba a cada canasta (ver el vídeo). Al final el resultado de 85-77 -partido malo, donde los haya- da un alegrón a los chicos de Philly, sobre quienes recae la sombra de si juegan a perder para así beneficiarse de futuras rondas del Draft. Entre la directiva del equipo el tanking es más que evidente viendo los resultados y el desmantelamiento que han hecho de la plantulla, pero los jugadores, muchos de ellos de primer o segundo año, han demostrado en sobradas ocasiones que como cualquier jugador de basket, desean ganar.
Ya se quedaron a las puertas de conseguirlo hace tan solo dos noches contra los Spurs, consiguiendo que Popovich los alabara después, y ahora, ante otro de lo equipos más flojitos de este año, lo han conseguido. Queda mucho camino por hacer y mucho que tragar en Philadelphia, pero al menos ya han esquivado un récord negativo más.