Los pecados capitales de David Blatt

Ya se ha echado el telón a otra gran temporada en la NBA, donde un equipo ha sobresalido desde el primer hasta el último día por encima del resto, Golden State Warriors, merecidos campeones bajo las ordenes de un entrenador novato, pero que ha formado parte de los tres mejores equipos en cuanto a balance de la historia, y un grupo de jugadores magníficos en los que destacan Klay Thompson y Stephen Curry.

En principio no salían como favoritos al título allá por el mes de noviembre, quizá estaban en un tercer cajón con los Bulls, Clippers o Thunder… Los que sí se situaban como claros aspirantes eran los Cleveland Cavaliers que tras la vuelta de su hijo pródigo, LeBron James, y la firma de Kevin Love, formaban una plantilla capaz de marcar una época. Ellos también contaban con un entrenador novato, al menos en la NBA, un David Blatt que venía de reinar en Europa con Macabbi, pero que muchos dudaban si sería capaz de llevar un equipo cargado de estrellas y con una exigencia por el anillo a partir del primer partido.

El curso empezó mal para los de Ohio, su balance en los primeros partidos fue bastante pobre y James no se encontraba cómodo con sus nuevos compañeros ni con su entrenador. Mejoraron con la llegada de Mozgov y JR Smith, que lograron aportar en los puntos más flojos del equipo.

Llegaron a Playoffs como segundos en el Este tras unos impresionantes Atlanta Hawks y comenzaron a cimentar su camino hasta las Finales. Primero se deshicieron de los Celtics en cuatro partidos, aunque fueron bastante igualados y quizá el marcador no refleja el buen hacer de los “orgullosos verdes” en la serie. Aquí vino el primer contratiempo, Kevin Love se dislocó el hombro y dijo adiós hasta la siguiente temporada. La preocupación era evidente, más si en segunda ronda tocaba enfrentarse a uno de los mejores juegos interiores de la liga como el de Chicago Bulls que pusieron en bastantes apuros a los chicos de Blatt. Al final 4-2 y tocaba medirse a unos Hawks que parecían haber perdido el fuelle de la temporada regular.

Con el salto inicial del primer partido quedó demostrado que el camino de Atlanta iba a acabar en Finales de Conferencia, la diferencia de nivel fue palpable en los 4 partidos que duró la serie, hecho que hizo que Irving pudiese dar descanso a su maltrecha rodilla desde el final de la liga.

Nos plantamos en las Finales, lugar donde Cleveland ya estaba desde que “El Rey” volvió, allí esperaban al MVP Curry y a todo Oakland.

El game 1 exigió un sobreesfuerzo a Irving que acabó por obligar a su rodilla a decir basta, con el base fuera de circulación, Blatt le pidió a Dellavedova que se pusiera un traje que no tenía comprado, el de superhéroe. Ese traje sirvió para que los Cavaliers se pusieran 2-1 a favor y toda la prensa de Estados Unidos rendidas hacía un personaje inesperado. A partir de ahí el efecto “Delly” acabó porque Kerr le ganó la partida a su “colega”.

Ante un juego interior plagado de centímetros y musculo como es Mozgov-Thompson, el técnico de los Warrios decidió contestar con uno formado por Green-Barnes, o lo que es lo mismo, un 2.16 y un 2.06 contra un 2.01 y un 2.03, 18 centímetros de diferencia entre ambos, casi nada.

Ante el “smallball” de Kerr nada pudo hacer Blatt, que no supo aprovechar esa ventaja interior para sacar partido de ella. Ahí empezaron a ganar el anillo los de la Bahía, en la pizarra.

Otro tanto del técnico campeón fue la inclusión de Andre Iguodala en el quinteto tras estar toda la temporada partiendo como suplente, su defensa ante LeBron y su versatilidad tampoco fue corregida a tiempo por un Blatt cada vez más pasivo.

Tampoco fue capaz de dar descanso a sus hombres, mantuvo una rotación de 6/7 jugadores durante toda la serie y exprimió al máximo a James y Dellavedova que llegaron fundidos a los últimos choques. Quizá en momentos puntuales la inclusión de Marion para dar descanso al #23 y aportar defensa en el perímetro hubiese sido clave, al igual que algún minuto para Mike Miller, cuando Smith o Shumpert estaban atascados en ataque o dar más poderío en la zona con Perkins.

Ahora es fácil decir todo esto, una vez que ya tenemos campeón, pero a mi entender estas Finales le han quedado demasiado grandes a David Blatt y no creo que sea el entrenador adecuado si este equipo quiere aspirar a lograr un campeonato. Los ganadores son los Warriors, pero los perdedores no son los Cavaliers, aquí el que más ha perdido es Blatt.

Sergi Concha: Estudiante de Periodismo Deportivo. Editor de SweetHoops.com. Puedes escucharme en Banana Boat Podcast.
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