Era en el Staples jugando en casa contra los Clippers, estaba como entrenador Mike D’Antoni, y los Lakers encajaron la mayor derrota de toda su historia. Así se recordará la paliza inapelable que este jueves encajaron Los Angeles Lakers a manos del llamado hasta hace no tanto equipo pobre de la ciudad. Los Angeles Clippers vencieron por 48 puntos de ventaja (94-142) a los de Oro y Púrpura, consiguiendo de paso su victoria más abultada de siempre ante el equipo que durante dos décadas los mantuvo en segundo plano.
Los Clippers les devolvieron todas las derrotas encajadas en los duelos angelinos a unos Lakers que acabaron de representar el despropósito y el viaje sin rumbo que está suponiendo esta temporada para ellos. Sin Bryant, sí, pero también sin ninguna intención de futuro en un equipo que ha caído en la desidia debido a la mala gestión de la directiva y al baloncesto sin signo que practica sin tapujos de Mike D’Antoni, que parece haberse quedado sin excusas ni avales hace mucho tiempo.
Tras un buen primer cuarto, los Lakers desaparecieron del partido tras endosar un parcial de 13-44 durante el segundo cuarto. Los Clippers, cuyos 142 puntos anotados son la mayor anotación de un equipo esta temporada, consiguieron 26 puntos al contraataque en apenas 23 minutos.
Por los Clippers, 8 jugadores acabaron con más de 10 puntos -entre ellos los recién llegados Glen Davis y Danny Granger- mientras que por los Lakers solo Pau Gasol con 21 puntos salvó algo la cara.
En las antípodas de la clasificación, los dos equipos de Hollywood demuestran que algo ha cambiado en la liga. Los tiempos están cambiando y pese a que los Lakers hace ya unas semanas que tiraron esta temporada, la segunda franquicia de la competición puede estar abriendo una herida y una crisis institucional que ni la mejor agencia libre de la historia sea capaz de reparar.