Con el 2-0 en el parcial de las Finales son muchos los que están temiendo que esta temporada la NBA acabe antes de lo previsto. Más que por la ventaja de los Warriors, por la forma de perder de los Cavaliers, que han acumulado 48 puntos de desventaja en los dos primeros encuentros.
Pero la serie se traslada a Ohio, una ciudad que sigue esperando su anillo con LeBron (o el título de cualquier equipo, porque sus franquicias tanto de NBA como de otros deportes llevan desde 1964 de sequía), y quien quiera, puede encontrar motivos para pensar que queda mucho carrete por delante.
Ya te hemos comentado las 5 razones de peso por las que las Finales NBA 2016 están ya prácticamente acabadas. Ahora toca repasar los resquicios que nos quedan para pensar todo lo contrario. Y el primer motivo es una razón de peso:
LeBron es LeBron
Es cierto que hay diferencias con el año pasado, cuando los Cavs volvieron de Oakland con un 1-1 y consiguieron ponerse por delante en su primer partido como locales. Hoy, la historia es muy distinta, pero hasta que se acabe de confirmar la mística de Curry, LeBron James sigue siendo el mejor jugador de lo que llevamos de siglo XXI. Y eso ya es suficiente para pensar que no se puede dar todo por hecho.
Es cierto también que LeBron se puede empezar a catalogar como un perdedor de Finales con un parcial de 2-4 en sus luchas por el anillo hasta ahora.
Y es cierto también que los Warriors han sido el primer equipo contra el que LeBron ha perdido 7 partidos seguidos.
Ahora, olvida todo lo que hemos dado como cierto hasta ahora y mira los números que hizo las pasadas Finales. Esos registros, aunque no lo parezcan, también son verdaderos:
Las relaciones sin Love pueden ser más simples y placenteras
Kevin Love se perderá el Game 3 y es posible que todas las Finales. Una mala noticia a priori, pero una opción que puede simplificar la vida de los Cavaliers. Está claro que el ex de Minnesota es un activo muy válido para los Campeones del Este (17-10 de promedio en estos PlayOffs) pero también es verdad que su presencia en cancha ante unos Warriors que se han revelado como un auténtico equipo con muchas aristas está generando problemas.
Da igual si miramos a la defensa (problemas en los bloqueos, espacios, ¿quién defiende a Draymond, él o LeBron?), como al ataque, donde la falta de jugadores ‘grandes’ por dentro y el desplazamiento de LeBron a una zona más exterior ha formado parte de los malos porcentajes que han mostrado los pupilos de Tyronn Lue.
Quizá la baja de Love pueda simplificar sistemas. El año pasado fue la presencia de Mozgov en el interior uno de los puntos donde David Blatt consiguió sacar ciertas ventajas a los Warriors, junto con la posibilidad de que LeBron jugara del falso 4. Hoy el ruso apenas cuenta para Lue… pero quien sabe si vista esta baja los Cavs vuelvan a tirar de su hombre grande más sólido.
Los Cavaliers en casa son mejores
Y lo dicen los datos. Han ganado todos sus partidos como locales en PlayOffs y siempre superando la barrera de los 100 puntos -justo las que no alcanzaron en sus derrotas contra Raptors y mucho menos contra GSW- Además, también tiran con más acierto. En concreto, durante esta postemporada los Cavs han hecho del triple una de sus mejores armas, hasta el punto de tirar incluso mejor que los Warriors. Hasta las Finales, tenían un loable 46% desde la larga distancia en sus partidos en casa por el 39% cuando jugaban fuera.
En los dos primeros partidos de las Finales, sin embargo, este porcentaje ha bajado hasta el 26%.
Los Warriors marcan el camino
¿Cómo, que los Warriors pueden ser el referente de los Cavs? Pues sí. Cuando Oklahoma puso el 3-1 en las Finales del Oeste el equipo de Steve Kerr se veía para muchos eliminado. Pero remontaron en el momento más duro.
Además, para los que le gusten los datos históricos que no sirven de nada, también puede tirar de que los Warriors han perdido el tercer partido en sus últimas cuatro eliminatorias de PlayOffs. Es decir contra Oklahoma, Blazers, Rockets… y Cavaliers en las pasadas Finales.