Termina así la segunda etapa de Mike Brown como entrenador de los Cavaliers, a los que llegó tras pasar poco más de un año por uno de los banquillos más complicados de la liga, el de Los Lakers. En su primera etapa en Ohio, Brown cosechó grandes resultados en lo que a récord de victorias-derrotas se refiere e incluso llegó a disputar unas Finales, las de 2007 que perdió ante los Spurs, pero ante la imposibilidad de llevar al equipo a la consecución del anillo y como último recurso para retener a LeBron James (algo que no consiguieron), los Cavaliers se deshicieron de el al finalizar la temporada 2010
El recién nombrado General Manager a tiempo completo, David Griffin, no parece estar dispuesto a que la actual estrella y jugador franquicia del equipo, Kyrire Irving, siga los pasos de LeBron y abandone el barco ante la falta de resultados y la inoperancia mostrada por Brown, por lo que su despido supone la primera gran decisión que toma desde que accedió al cargo. La convulsa temporada vivida en Cleveland con rencillas internas, problemas de lesiones y poca progresión de jugadores importantes como el propio Irving, Waiters o el Rookie Anthony Bennett probablemente también han sido determinantes en la decisión.