¿Pensábais que en Sweet Hoops íbamos a hacer una previa al uso? Aquí te traemos la primera Retroprevia de la historia (y quizá la última)… ¿Cómo ha cambiado la NBA en este tiempo? En realidad, son menos cosas las que han cambiado de las que crees.
1 de noviembre de 2005. El año en que falleció Juan Pablo II y Lance Armstrong constataba su engaño ante el mundo ganando su séptimo Tour de Francia. El año también en el que el verano se tornó en infierno en New Orleans tras desatarse el catastrófico huracán Katrina, en el que el malogrado Phillip Seymour Hoffman se hacía con el Óscar al mejor actor por meterse en la piel de Truman Capote o que Apple lanzaba el iPod shuffle que algunos aún conservamos.
Aquel 1 de noviembre todo eso había pasado, y el mundo baloncestístico volvía a tomar cuerda con el inicio de una nueva temporada NBA. Los Spurs habían ganado el anillo la temporada anterior, el tercero de una dinastía que aún prosigue en nuestros días y un joven LeBron acababa de afianzar lo que ya se pretendía de él tras promediar en su temporada sophomore 27.2 puntos por partido mucho antes de su particular viaje exitoso a Miami que el año pasado lo devolvió a su Cavs. Todo estaba hecho para una nueva era que parecía abrirse en la NBA, con todo por decidir y un panorama de candidatos a la corona más abierto que nunca en los últimos años.
Allen Iverson fue el máximo anotador el año anterior pero se guardó todos sus puntos en unos pantalones demasiado anchos
Pero como en todo, la NBA no era ni mucho menos ajena al ritmo que había llevado el Mundo en este tiempo. Las heridas del Katrina obligaban a los Hornets -actuales Pelicans- a jugar a caballo entre la ciudad del Jazz y Oklahoma City, lo que a la postre generaría el germen que tres cursos más tarde formaría a los Thunder para desgracia de los fans de Seattle. A aquel equipo llegó precisamente un base llamado a comandar una franquicia en plena reconstrucción en todos los sentidos; Chris Paul. Todo un abanico de desdichas y novedades que, como vemos, han marcado para siempre la NBA actual y que ahora repasamos comparándola con el nuevo curso 2015-2016… ¿Cuánto han cambiado las cosas? Nos metemos en la máquina del tiempo para viajar una década atrás y comprobar que no tanto.
Los que llegan: entre bases y pívots anda el juego
Precisamente fue Chris Paul el que en un alarde de asombro dirigió a una franquicia literalmente echa añicos hasta alzarse en aquel curso 2005-2006 con el galardón de Rookie del Año. ¿Quienes eran sus principales rivales? Pues otro base con malas pulgas en una ciudad demasiado buenista para él (Sí, todos nos imaginamos a Deron llegando a Utah entre los vítores de los mormones) y un pívot australiano que no tuvo el mejor comienzo: Andrew Bogut.
Sus carreras han demostrado de ellos ser jugadores de talla. ¿Pasará lo mismo con Jahlil Okafor, Karl-Anthony Towns, D’Angelo Russell o Emmanuel Mudiay? ¿Se llevará el galardón el base de los Lakers o el de Denver por encima de los tipos grandes?
Por cierto, en este 2005 los españoles también tuvimos nuestro cuasi-nuevo-NBA. Aunque por razones muy distintas. Fran Vázquez, tras ser elegido número once en el draft por los Magic, decidió quedarse en España para no volver. No parece un reflejo de la decisión de Llul… pero, ¿Será Porzingis un Vázquez en un universo paralelo que dijo sí a la mejor liga del mundo? Nosotros soltamos preguntas que para eso estamos en pretemporada y ansiosos por que esto empiece.
Lakers y Celtics: regreso al pasado
Otra cosa que no ha cambiado nada en este salto de década es el estado de los equipos más laureados de la liga.
Vayamos por partes. Los Lakers encaraban en esta temporada 05/06 su segundo año después de que Shaquille O’Neal hiciera su entrada triunfal en un camión en Miami (y que a la postre le acabaría dando su primer anillo a la franquicia de Florida este mismo 2006). Aún quedaban dos temporadas para que el gran Pau Gasol hiciera las maletas rumbo Hollywood y por Lakerland Kobe se tiraba todo -algo que, como vemos, tampoco ha cambiado- acompañado de jugadores como Kwane Brown, Aaron Mckie, Chris Mihn, Turiaf, Vujacic o uno de los hijos que menos honor han hecho a su padre: Luke Walton. Solo Lamar Odom y un joven Bynum parecían pronosticar ciertos brotes verdes. En definitiva, un panorama muy parecido al actual y que acabó con Bryant como máximo anotador del curso. Entraron en PlayOffs, pero los Suns del Run&Gun los pasaron por encima como el correcaminos al coyote, aunque Kobe Bryant nos dejó en esta temporada, concretamente el 22 de enero ante los Raptors, la mayor anotación en la historia de la NBA grabada por las cámaras. 81 puntos ni más, ni menos.
Por su parte, los Celtics vivían un año más su amplio letargo hasta la llegada de Garnett y Allen en 2007. Paul Pierce, también más solo que la una, estaba no obstante mejor acompañado. ¿Os acordáis de Ricky Davis? A él se sumaban el sátrapa de Delonte West, un joven y desaprovechado Al Jefferson, un Tony Allen que desde entonces -pese a tener tiempo- nunca ha aprendido a tirar y como no, el enorme Brian Scalabrine. En Boston ese año no sonó la sintonía de PlayOffs.
Un base para dominarlos a todos
Y seguimos buscando coincidencias. Y encontrándolas. La temporada 04/05 se cerró con un base que le dio al botón que hay en el mando para avanzar más rápido la película. Steve Nash consiguió su primer MVP tras cambiar Dallas por el desierto de Arizona. Junto a Amare Stoudemire llevaron a los Suns dos años seguidos a las finales de conferencia. Y las perdieron. Pero el base canadiense se azló con dos títulos de mejor jugador del año que precisamente este curso que empieza podría reeditar otro point-guard. Claro señores. Hablamos de Don Stephen, que diría Guillermo Giménez.
De conseguir de nuevo el trofeo, Curry sería el tercer base de la historia -tras Magic y el propio Nash- en ser en dos ocasiones consecutivas elegido MVP.
Lo que sí tiene ya Stephen Curry en su mano incluso antes de empezar es su particular carrera con Ray Allen. El alter ego de Jesus Shuttlesworth cerró hace diez años el récord de más triples anotados en una sola temporada con 269. A día de hoy, Curry ya ha mejorado esta marca en dos ocasiones. Vamos, que hay que preplantearse lo del mejor triplista de la historia (con permiso también de Reggie Miller) por mucho que aquí estemos haciendo una oda al pasado.
Superdivisión a la vista y superequipo de por siempre
En la 05/06, además de instaurarse un nuevo código de vestimenta (Allen Iverson fue el máximo anotador el año anterior pero se guardó todos sus puntos en unos pantalones demasiado anchos) también fue la primera vez en veinte años que los cinco equipos de una división se metieron en PlayOffs. En ese caso fue la división Central. El año pasado, esta proeza la consiguieron en la división Suroeste. ¿Serán capaces de igualarlo?
Los que parece claro que han cambiado poco en estos diez años (y casi en quince) son los Spurs. San Antonio como hemos dicho ganó el anillo de 2005 y tras tropezar en 2006 lo volvieron a hacer un año después. Popovich, que este curso puede convertirse en el único entrenador en ganar cuatro veces el premio a mejor Coach del año, ha renovado el viejo tronco texano con la savia más viva de la liga (léase LaMarcus). En definitiva, que los Spurs son los garantes de que esta retroprevia tenga un hilo conductor -que no se ofenda Bryant-. Y el que escribe se lo agradece.
Hagan sus apuestas
Y llegaron, ocho meses más tarde de aquel uno de noviembre, las ansiadas finales de la NBA de 2006. Ya conocemos la historia. Miami se alzó con su primer campeonato a lomos de Wade y Shaq tras vencer a los Mavs en una de las temporadas con más opciones abiertas de aquel tiempo y logrando a la postre que Gary Payton no engrosara el panteón de Hall of Famers sin anillo. Tras la dureza de los Pistons, llegó el swing de Florida para volver después a la normalidad de los Spurs. Justo lo que puede pasar este año. Y es que, si nos ponemos a deshojar la margarita y hacemos bueno aquello del eterno retorno, este año le toca calzarse el anillo a una franquicia que no lo tenga (aquí es cuando los fans de Oklahoma se sienten un poco menos solos). O quizá no. Eso ya solo lo puede saber una NBA que nos promete de todo, y que también en cierto modo nos propone cambiar a Iverson por Harden, a Shaq por Anthony Davis, o a Curry por Nash. Scalabrine… Scalabrine no tiene parangón.