La NBA tira la casa por la ventana

El verano de 2011 fue especialmente conflictivo para todo lo que rodea a la NBA. Los propietarios de los equipos, cansados de desembolsar dinero que iba a parar a sueldos desorbitados para jugadores medios, buscaron una reducción de los salarios ante la finalización del convenio colectivo de los jugadores. El sindicato de jugadores, siempre luchador y consciente de su fuerza, no aceptó esa rebaja, lo que debaja una única solución: huelga, y parón de la liga hasta nuevo acuerdo.

Tras tiras y aflojas, reuniones que se prolongaban hasta la madrugada, retransmisiones en televisión en las que no se veía ni por asomo un balón naranja y, en cambio, abundaban los trajes fastuosos, las corbatas y las ruedas de prensa, el 25 de diciembre comenzó la liga. David Stern, consciente del gran momento que vivía la NBA, forzó una temporada condensada de 66 partidos que ha terminado afectando a muchos jugadores con dolencias graves, como Derrick Rose o Ricky Rubio.

Pues bien, todo ese sacrificio colectivo forzado por los propietarios, en busca de rebajar el gasto de los equipos en los jugadores del 57 al 45% no ha servido para nada. Los últimos contratos firmados dan una cierta idea de que tanta negociación apenas ha tenido efecto en los jugadores; o, por lo menos, que los propietarios no tienen demasiado ojo a la hora de firmar los contratos.

Jodie Meeks, nuevo rico

Quizás el caso más paradigmático es el de Jodie Meeks, un escolta cuyo mayor mérito es llegar a los 15 puntos por partido en los Lakers más anodinos que ha dado la NBA en los últimos años, y que percibirá un total de 6.5 millones de dólares por año en los Detroit Pistons durante tres cursos. Un contrato casi a la altura del de Omer Asik por los Rockets. Que no extrañe que pueda acabar traspasado.

A Marcin Gortat, por su parte, le ha servido su notable final de campaña: 60 millones en cinco temporadas le han firmado los Wizards, 12 por año, lo que se especula que podrían pasar a cobrar Wade o Bosh. A estas alturas nadie duda de la calidad del martillo polaco, ni mucho menos aquellos que admiran su estrambótica forma de ser, pero comprometer 60 millones en un buen pívot sin posibilidades de estrella no parece lo más adecuado para una franquicia en proceso de crecimiento.

Por último, a Avery Bradley, jugador de los Boston Celtics, le ha venido muy bien que su equipo no tuviese compormetido para la próxima temporada más que 19 millones de dólares. En su primer contrato firmado como agente libre, renovando con los Celtics, ha conseguido 32 millones en cuatro años, 8 por cada uno de ellos. Aun siendo un jugador muy prometedor, y teniendo en cuenta la predilección que sienten por él en el seno de la franquicia, no ha hecho méritos para un contrato de un montante tan alto y de tanta duración. Sin embargo, parece que los propietarios de la NBA han comenzado la Agencia Libre 2014 muy generosos. Veremos quién paga los platos rotos cuando haya que firmar el próximo convenio colectivo.

Diego González Linaza:

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  • Los propietarios querían limitar gastos con el nuevo convenio colectivo, pero firmando por tanto a esta gente lo que hacen únicamente es hinchar el mercado y volver a la situación anterior

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