Kobe Bryant consigue superar a Jordan como tercer máximo anotador de la historia

Tras 19 años como profesional en la NBA y 32.293 puntos, Kobe Bryant superó en la noche de este domingo a Michael Jordan como tercer máximo anotador de la historia de la liga. En el partido contra los Wolves, que los Lakers acabaron ganando, se hizo un pequeño homenaje al escolta angelino tras superar esta cifra histórica, que también tiene mucho de simbólica.

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Bryant se convierte así el tercer máximo encestador del basket americano con casi 33.000 puntos en su carrera. Por delante seguirían aún Karl Malone (36.928) y Kareem Abdul Jabbar (38.387), en unos umbrales que parecen difícil que alcance Bryant.

Desde que debutara en la temporada 96/97, y posteriormente tras sus primeros anillos con los Lakers, las comparaciones entre Bryant y Jordan han sido constantes. En este caso, los libros de estadísticas han sacado a relucir que Bryant ha necesitado 197 encuentros más que Jordan para superarle. Como siempre, quien quiera encontrar un dato que favorezca a Bryant sobre Jordan también podrá hacerlo.

Las comparaciones entre los dos jugadores han sido, son, y seguirán siendo constantes. Vídeos de gestos calcados entre los dos, cruces de declaraciones entre flores y estocadas, y en definitiva una salsa especial que no obstante se recomienda tomar muy fría y sabiendo que la marca Jordan seguirá estando en cabeza.

«Aprecio haber podido jugar tanto», dijo a la prensa tras conseguir superar a Jordan el escolta angelino, en unas declaraciones que dejan colarse cierto aire de que su carrera toca a su fin. Ahora, con 36 años y encerrado en un equipo perdedor, Kobe se las sigue apañando para ser uno de los mejores jugadores de la liga, aunque puede que la próxima temporada sea la última de toda su carrera en la NBA.

Kobe Bryant ha publicado después una carta en The Player Tribune, un medio donde escriben personalidades del deporte, en los que ha puesto en perspectiva todo lo conseguido. La carta se llama ‘ZERO’, y aquí te la dejamos:

«Cero. Ese es el número de puntos que anoté en la Philadelphia’s Sonny Hill Future League (una liga de verano) cuando tenía 12 años. No anoté. Ni un tiro libre, ni una suspensión, ni siquiera una canasta de suerte.

Mi padre, Joe ‘Jellybean’ Bryant y mi tio, John ‘Chubby’ Cox fueron leyendas de esa liga en sus días. Estaba avergonzando a mi familia.

Consideré renunciar al baloncesto y centrarme únicamente en el fútbol. Aquí es donde se forjó mi respeto y admiración por Michael Jordan. Me enteré de que había sido cortado por su equipo del instituto; aprendí que él sabía lo que se sentía al estar avergonzado, sentirse como un fracaso. Pero él usó eso como combustible, le hizo más fuerte, no se dio por vencido. Así que decidí hacer lo mismo. Canalicé mi fracaso como el combustible que mantendría ardiente mi competitividad. Me obsesioné con probar a los ojos de mi familia, y a mí mismo, que podía hacer esto.

Se convirtió en una obsesión. Aprendí todo sobre el juego, la historia, los jugadores, los fundamentos. Estaba decidido a no tener un ‘cero’ otro verano más, me ví obligado a inflingir la misma sensación de fracaso en mis rivales que la que ellos, inconscientemente, me infligieron a mí. Ahí nació mi instito asesino para anotar.

Qué viaje ha sido este. Establecer esta marca es un gran honor. Soy consciente del toque de queda del ‘Padre Tiempo’. Me ha enviado a mi habitación a lavarme los dientes antes de llevarme, pero yo no sería yo si no entrara lentamente en el baño. No sería yo si no me comportara como si alguien hubiera perdido la pasta de dientes. No sería yo si no me cepillo dos veces, lavo mi lengua tres, uso el hilo dental hasta hacer sangrar mis encías y me enjuago la boca hasta que alivio las yagas.

Yo no sería el niño que se recuperó después del ‘cero’, y no estaría honrando al hombre que me inspiró a desafiarlo todo.

Gracias a todos por el cariño y el apoyo, lo aprecio mucho, incluso si el villano que hay en mí se negó a reconocerlo durante este tiempo.

Con mucho amor

Mamba out»