Una vez presentado Phill Jackson como nuevo presidente y ‘consejero espiritual’ de los Knicks, los rumores empezaron a dispararse en la figura de Steve Kerr. El ex jugador de equipos míticos como los Bulls de Jordan (tres anillos) o los Spurs de los inicios de ‘Timmy’ Duncan (dos anillos) disparó todas las alertas cuando al ser preguntado acerca de si tenía alguna intención de entrenar, el bueno de Steve declaró que no le importaría darse una oportunidad.
Instantáneamente, Kerr se puso en el ojo del huracán de los banquillos de la NBA. Además de Knicks, se añadieron los Warriors y los Lakers a la puja. Sin embargo, los de Oakland miraban la situación con recelo. Con cierta polémica entre una afición dividida y un peso pesado como Stephen Curry pidiendo que siguiese, la directiva se armó de valor y cortó la cabeza a Mark Jackson, un entrenador que consiguió superar el 50% de victorias durante todas sus temporadas y llevar a un equipo que venía arrastrándose en la última década a dos presencias en PlayOffs consecutivas.
Mark Jackson tuvo a su favor el excelente trabajo de su equipo técnico y los ‘scouters’ que supieron conseguirle en el draft a talentos espectaculares como Steph Curry, Harrison Barnes o Klay Thompson. Además, diferentes traspasos y elecciones acertadas en la agencia libre trajeron consigo grandes jugadores como David Lee o Iguodala. Pero Mark tuvo una cruz con los pívots durante su estancia en la Bahía. Hombres llenos de talento pero hechos de cristal se fueron vaciando, como Biedrins y Andrew Bogut. El ‘aussie’ le falló durante todas la series ante Clippers esta temporada. No fue suficiente para la directiva y le mostraron la puerta.
Van Gundy era el hombre
Detengámonos un poco a hacer una reflexión. ¿Por qué volver al pasado en una decisión que acabó con la cabeza de Jackson, y volver a contratar a un antiguo ‘guard’ de la NBA, comentarista de profesión, y sin ninguna experiencia como entrenador? Está claro, Kerr no era la primera opción.
Stan Van Gundy era el otro hombre del momento. Un técnico sin trabajo que salió de Orlando por la puerta de atrás y señalado por su entonces estrella Dwight Howard y que ahora era pretendido por media liga. Aquí se produjo la regla de tres que vino marcada por el señor ‘salary cap’: Pistons pagaba más y se llevó a Van Gundy (35 millones, 5 años), Warriors tenía más que ofrecer a Kerr que NY (25 millones, 5 años) y Kupchak (Lakers) se estaría limpiando la corbata del Moca Latte de Starbucks que gusta para desayunar.
Ahora bien, al César lo que es del César. Los Warriors confían en Kerr. Si no, no le pagarían el salario monstruoso que ha firmado (el de Van Gundy es ingente) o se habían decantado por otros nombres de su lista como Lionel Hollis o Thibodeau (los fans de Bulls estamos eternamente agradecidos de que le hayan dejado en la ‘Windy City’). Además, es la opción popular. El hombre al que todo el mundo quiere ver. Si sale bien será un éxito para una franquicia que tiene mucho entusiasmo a su alrededor y que está a punto de hacer las maletas a San Francisco. Y muy malo tiene que ser Steve para protagonizar un descalabro con esta plantilla.
Phil se infla a helado
Pocos iban a pensar lo que le esperaba al pobre maestro Zen. El hombre de los 11 anillos se hizo de rogar, plantando mil y una veces a los Lakers con el pobre Kobe clamando por su regreso en público. Phil fiel a su estilo se decide por Manhattan, otra gran franquicia ansiosa de éxitos. Explica su proyecto en una rueda de prensa seguida por todo el mundo. Todos nos maravillamos. Kerr es un elegido. Le invita a cenar, le seduce… Y Steve se va con otra.
Se necesita mucho coraje para romperle el corazón al mejor entrenador de la historia. Pronto, los remordimientos de Kerr le hicieron llamarle angustiado para pedirle la bendición para irse y el final del culebrón no puede recordar más a un mítico Humphrey Bogart en Casablanca. Kerr explicó literalmente: «Le dije que tenía que ir a por esta otra oportunidad. Me dio su bendición. Me dijo ‘Piénsatelo y haz lo que te pida el corazón'». Siempre nos quedará Chicago.
Pero aunque pueda parecer lo contrario, Jackson también es mortal y quedó afectado. Compró su tarrina XXL de helado favorito y se puso manos a la obra para elegir a su próximo candidato. Entre los nombres figuran Brian Shaw, que parece mantenerse fiel a los Nuggets; Kurt Rambis, Jim Cleamons o Bill Cartwright son algunos de los nombres. Sin embargo, existen opciones más jugosas como que el propio Phill baje a entrenar o nombres como Mark Jackson (morbo modo ON) o Derek Fisher se hiciesen cargo de la plantilla. Esta podría no ser la última vez que el maestro reciba calabazas. Carmelo Anthony aún no ha confirmado su presencia en el baile. Woodson no está invitado.
La decisión de Steve
¿Por qué Kerr se decidió por Golden State? «Dinero, dinero, dinero» diréis. Yo también lo pensé, pero no es sólo eso. David Aldridge es uno de los ‘gurús’ de la NBA a los que todo aficionado debería seguir. En una entrevista en el programa ‘Gametime’ de la cadena TNT, el periodista dio una de las claves. Steve es un hombre de familia, y casi todos viven en San Diego. Está a una hora de Oakland en avión, mira por dónde.
Además, pocos pueden discutir que sería difícil decirle que no a tanto talento junto, empezando por Curry, al que Kerr estuvo a punto de conseguir en un intercambio cuando era GM de Phoenix Suns, donde por cierto, hizo un gran trabajo. Creo que llega en el momento oportuno a la liga y será bueno verle estrenarse y medirse a nuevos ‘gallitos’ como Shaw o Jason Kidd. Buena Suerte Steve.