Charlotte volvió a vibrar como hacía tiempo que no hacía con los nuevos Hornets. La franquicia de Michael Jordan remontó en su primer partido de la temporada 23 puntos a los Bucks, forzando la prórroga de la mano de un Kemba Walker especialmente inspirado que después, en el tiempo extra, puso la guinda al enorme partido. Las avispas han vuelto, y están dispuestas a picar.
Día especial en Charlotte. Diez años después, la ciudad de Carolina del Norte veía como su equipo volvía a disputar un partido de la NBA como los Hornets, tras abandonar la denominación de Bobcats. Y el nombre, más que una denominación, una declaración de intenciones para dejar atrás una década de mediocridad, fue estrenado por todo lo alto, con una espectacular remontada y la consagración del nuevo ídolo llamado a ser All Star, Kemba Walker.
Los Hornets perdían antes de empezar el último cuarto por 15 puntos ante unos Bucks que daban muestras de seriedad. Sin embargo, aún quedaba mucho partido por delante. Tras remontar gracias a un gran juego en equipo, y a falta de 7 segundos para el final, Kemba Walker se hacía con el balón para anotar un triple que mandaba el partido en la prórroga.
El base, número 9 del draft del 2011, agradecía de esta forma su reciente renovación por cinco año con el equipo, al que poco después acabaría de devolver el favor decidiendo el partido en la prórroga con otra gran canasta, esta vez de dos, cuando el partido moría.
Así, con un resultado de 106-108, los Hornets consiguen su primera victoria de temporada y un estreno soñado. Walker acabó con 26 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias con una serie de 9 de 26 en el tiro. Por su parte, el fichaje estrella de este año, Lance Stephenson, solo firmó 7 puntos por su mala racha de tiro, aunque capturó 13 rebote y dio 8 asistencias, mientras que Al Jefferson acabó con 14 tantos y 10 rebotes.
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