Logo nuevo, nombre nuevo, regreso a PlayOffs después de 4 años… pero faltaba algo que puede haber llegado en forma de uno de los jugadores más alocados y espectaculares de la pasada temporada. Los Charlotte Hornets han contratado al escolta Lance Stephenson, jugón entre jugones y bocazas entre bocazas, por un acuerdo que se habría cerrado en 27 millones de dólares durante 3 años.
De esta forma, el equipo presidido por Michael Jordan consigue lo que estaba buscando: pescar un agente libre de primer nivel después de que se le escapara la opción del Jazz Gordon Hayward, por el que pujaron pero igualó su oferta los mormones.
Stephenson, que el año pasado promedió 13,8 puntos, 7,2 rebotes, 3,8 asistencias y fue uno de los líderes en el ranking de triples-dobles conseguidos, sale de Indiana rebotado después de que el año pasado, tras deslumbrar, acabara en el ojo del huracán siendo acusado de ser uno de los detonantes de la caída al vacío que sufrió al final de la temporada el conjunto de Larry Bird.
En los mentideros de los rumores se habla de que los Pacers le ofrecieron 44 millones en 5 años, oferta que el jugador habría rechazado para unirse a un equipo que a priori, se adapta más a su juego libre y sin ataduras.
Llegado a la liga en 2010 de forma prematura tras despuntar en el baloncesto callejero y el instituto, Stephenson fue siempre una ‘promesa de’. Sus aptitudes intuían un jugador desequilibrante, sin embargo, su actitud distaba mucho de la de un jugador profesional. No obstante, el jugador explotó al final de la campaña 12/13 para acabar de hacerlo en el pasado curso, cuando se afianzó como el arma secreta de los Pacers a base de quiebros y jugadas que se colaban en los highlights de cada noche NBA. Algo que, sin embargo, no evitó que el escolta natural de Brooklyn protagonizara varias imágenes que parecían sacadas de un patio de colegio, como sus continuas provocaciones hacia sus rivales o su ‘soplido’ en la oreja de LeBron que nadie, menos él, llegó a entender. Tiene trabajo Jordan por delante, pero también tiene un diamante en bruto.