Tarde de verano en los Estados Unidos. Steve Nash celebra un partido de fútbol benéfico -o futbito según como se mire- y congrega a una serie de personajes y deportistas actuales. Buena idea. Y más si entre los participantes está el pívot de los Bulls Joakim Noah.
El bueno de Noah, que no irá al Eurobasket de Eslovenia con Francia, coge el balón en los instantes finales de la pachanga, y a trompicones, chuta un balón que acaba dando el triunfo a su equipo. ¿Tocará celebrarlo no? Noah ni se le pensó, y celebró el gol como si hubiera ganado el anillo. La locura.