El pasado 17 de octubre sucedió la peor noticia posible para los Celtics y su fanáticos, Gordon Hayward, a los 5 minutos de debutar en su nuevo equipo, sufría una importante lesión que le dejará sin jugar el resto de la temporada. Superado, en cierto modo, el shock emocional de la escena, los Celtics se han puesto manos a la obra para ser el mejor equipo de la NBA. Uno de los principales motivos es Jaylen Brown, un tipo discreto que se ha echado el equipo a las espaldas en numerosos partidos, postulandose como serio candidato a ser el Jugador con Mayor Progresión.
Jaylen siempre se ha tomado lo de ser un profesional al pie de la letra, hasta tal punto de entrevistarse con los equipos interesados en draftearle con su portátil y preguntando a las franquicias cuanto se le pasara por la cabeza para saber cual le convenía mejor.
Una vez en Boston, mucha gente pensaba que sería la pieza que le faltaba al equipo para sacar de la zona privilegiada a Warrios y Cavs. El hype aumentó tras un debut como titular con 19 puntos y defendiendo a LeBron como un auténtico protector del aro y de perímetro. Sin embargo, su rendimiento no sería del todo el esperado. Su periodo de adaptación al sistema de Stevens y a la NBA le costó minutos en la rotación y ya había quien cuestionaba su elección. Su tope llegaría tras la lesión de Avery Bradley, siendo su sustituto en el quinteto. Supo aprovechar la oportunidad, y su atletismo y defensa fueron claves en muchos partidos. Tras una temporada en la que promedió 6,6 puntos y 3 rebotes, tocaba trabajar puntos débiles como su capacidad para crearse sus propios tiros y el lanzamiento exterior de cara a su temporada sophomore.
Un cambio total en su segundo año
Y parece que se lo tomó en serio. En la Summer League vimos a un Jaylen muy centrado y haciendo grandes partidos que, aún siendo frente a rookies, algún jugador de segundo año y jugadores de la liga de desarrollo, dejaban entreveer lo mucho que había progresado. La pareja que hizo con Jayson Tatum fue muy prometedora y los “orgullosos verdes”empezaron a divisar el futuro de la franquicia con ellos dos como referencia.
Hasta ahora, ha mostrado un gran nivel, mejorando ostensiblemente su tiro y su confianza, liderando a su equipo frente a Cavs, Bucks, 76ers, o Warriors, entre otros. Aún así, hay cosas que el joven alero tiene que mejorar, sobre todo el tiro libre, puesto que hasta la fecha convierte el 60,5% de sus lanzamientos, un pobre porcentaje para un jugador de perímetro.
Destacando principalmente por su verticalidad y defensa, los guarismos ofensivos de Jaylen también han mejorado ostensiblemente. Su físico le permite defender a jugadores más pequeños que él a los que puede emparejarse por velocidad, y a jugadores de más envergadura gracias a una gran utilización de su cuerpo y su fortaleza de piernas y brazos, dados por un excepcional trabajo de gimnasio.
Polivalente también fuera de las canchas
Jaylen Brown es mucho que un simple jugador de baloncesto. Es vegano, aspecto del que asegura le proporciona una vida más saludable y puede ayudarle a ser mejor jugador. Destaca también por su interés en aprender siempre cosas nuevas, como su continuo estudio de la lengua española, de historia, y la práctica de la meditación y la filosofía. De hecho, su cuenta personal de Instagram está repleta de frases motivacionales, algo muy inusual en un adolescente que juega en la mayor liga de baloncesto del mundo. Tales curiosidades y gustos llevaron a que algunos equipos desechasen la opción de draftearle por ser demasiado inteligente y plantearse la razón de por qué suceden las cosas. Brown se propone un reto: aprender tres lenguas más cuando cumpla los 25 años.
Otra de sus pasiones es el ajedrez. Deporte que su abuelo le inculcó y Jaylen desarrolló en su etapa de instituto. Además sabe tocar la guitarra acústica y es un gran aficionado del Fútbol Club Barcelona y Leo Messi.
Por si fuese poco, Jaylen tiene un canal de Youtube, donde sube vídeos mostrando su vida durante y después de la temporada. Su nombre en las redes sociales FCHWPO no es una casualidad o un golpe que haya dado al teclado por no saber que poner, tiene un significado intrínseco“Faith, Consistency, Hard Work Pays Off”, es decir: “fé, consistencia, el trabajo duro merece la pena”.
Brown, con tal solo 21 años, ha asombrado a todo el público de la NBA. Se ha convertido en un jugador con un rendimiento superlativo para los Celtics, al nivel de las grandes esperanzas verdes de esta temporada como Kyrie Irving o Jayson Tatum, y mostrando la razón por la que fue drafteado. Pero no solo por eso, sino por la vida tan dispar a la correspondiente a una persona de su edad y su estatus social. Parece que no solo es una estrella del baloncesto, sino una auténtica mente excepcional.
Una noche especial tras la muerte de su mejor amigo
Ya es uno de los grandes momentos de la temporada sin duda alguna. Los Celtics recibían a los Warriors en el Garden con 13 victorias consecutivas. Llegaban los campeonas, además lo hacían lanzados con 7 victorias seguidas y un pico de juego en un inicio de temporada algo irregular.
Horas antes del choque, Jaylen fue informado de una terrible noticia: su mejor amigo, Trevin Steede, había fallecido en Atlanta la noche anterior por causas que todavía se desconocen. El alero de los Celtics no se veía con fuerzas de afrontar uno de los mejores partidos de la temporada, y Brad Stevens estaba dispuesto a dejarlo fuera por un motivo de tal peso. Pero una llamada con la madre y la família de la victima le hizo cambiar de opinión y salir a jugar en su honor. Con toda la carga emocional el 7 de los celtics consiguó 22 puntos y 7 rebotes para remontar y conseguir la victoria ante los Warriors. Tras el partido Irving le dio la pelota y le dijo “Esta va para Trevin”.
Tras el partido Jaylen recordó a su amigo así: “No tenía amigos con quien sentarme a comer. Los primeros días me senté solo y actué como si fuese guay, no necesitaba a nadie. ¿Sabes a lo que me refiero? Un poco introvertido, estaré bien. Y entonces él llegó el tercer o cuarto día y me preguntó con quién me sentaba, aunque no estaba con nadie. Me dijo que fuese con él a sentarme y desde entonces fuimos los mejores amigos. Que hiciese eso hizo que fuese mi hermano desde entonces”.
https://twitter.com/FCHWPO/status/931378236315062273
Un gesto y una implicación que sin duda magnífican la figura de Brown. Un jugador con una fortaleza mental pocas veces vista antes, y con un talento excelso para el baloncesto. No en vano hasta la fecha es el jugador con más minutos disputados en el mejor equipo de la NBA con 32,3 por partido. Saliendo de titular en los 20 partidos que ha disputado, anotando 15,9 puntos y capturando 6,3 rebotes, el segundo mejor del equipo en ambas facetas.
Para Jaylen la vida es mucho más que simple baloncesto, y por sus venas corre sangre verde. Un verde que rebrota esperanza entre los Celtics por haber encontrado un jugador diferente y especial.