Pasaron factura. Tanto el cansancio, como la mayor profundidad de banquillo de los Golden State Warriors, y los de Steve Kerr consiguieron este jueves dar un golpe sobre la mesa y poner las finales en tablas (2-2) tras ganar el cuarto partido con cierta soltura (103-82).
Después de promediar más de 40 puntos en los tres primeros encuentros, LeBron demostró ser humano quedándose en 20 puntos, 12 rebotes y 8 asistencias y mostrando especial cansancio en el último cuarto, momento que aprovecharon los Warriors para estirar el marcador.
Ayer todo salió sobre el plan trazado para Golden State. Los triples entraron, con un 40% de acierto y con Curry e Iggy anotando 4 intentos cada uno y, además, Steve Kerr volvió a demostrar que es un hombre con recursos apostando por un cambio táctico que a la postres resultó fundamental.
Si en la serie ante los Grizzlies la apuesta fue poner a Andrew Bogut a defender al escolta Tony Allen, anoche los Warriors decidieron salir a cancha con un quinteto compuesto por 5 bajitos. Iguodala -sexto hombre sin rechistar durante toda la temporada- jugó de cuatro con la premisa de parar a LeBron, logrando además irse hasta los 22 puntos. Sus dos mejores actuaciones en el primer y el cuarto partido han acabado con victoria para los suyos, hasta qué punto puede ser determinante es algo que se verá en los próximos capítulos.
Y es que ayer los Warriors por fin hicieron lo que han hecho durante todo el curso: correr. Con una rotación extensa -en la que incluso vuelve a entrar David Lee-, los hombres de la bahía dinamitaron la escasas reservas de energía que le quedaban a LeBron y compañía, jugando toda la serie con escasamente ocho jugadores y plagados de lesiones. Ni el efecto Dellavedova (anoche 10 puntos) ni un colosal Mozgov que se fue hasta los 28 tantos pudieron contener la vorágine ofensiva amarilla.
La serie vuelve ahora a Oakland, donde todo empezó, con las cosas muy claras: El cansancio hace mella en los Cavaliers y los Warriors lo han sabido aprovechar y solo un LeBron en nivel extraterrestre puede contrarrestar esta tendencia. Las espadas vuelven a estar en alto, pero el duelo quizá no se esté librando tanto entre Curry y ‘The King’, sino entre el alero de Cleveland y su par en el equipo rival.