El base de Zalgiris Kaunas abandonó hace unas semanas la disciplina del equipo de Joan Plaza debido a su disconformidad con los «bailes sugestivos de las cheerleaders» y la publicidad en las camisetas. Además, Jaaber anunció que no volverá a jugar en Europa, donde había estado jugando en la liga Griega y en Milán reconociendo que era consciente «de que esto puede impedirme ganar dinero a través del baloncesto para el resto de mi vida, pero estoy dispuesto a hacer este sacrificio por mis creencias».
Jaaber, de creencias musulmanas, ya renunció a jugar el Eurobasket con Bulgaria, país del que tiene pasaporte, debido a que coincidía en fechas con el Ramadán. Unas decisiones algo fundamentalistas, pero coherentes, ya que Jaaber tuvo el honroso gesto de devolver al equipo lituano todo el dinero que había ganado desde que se incorporara a la disciplina del club en octubre del año pasado.
No sabemos si Jaaber, tanteado por el Bilbao hace un par de años, mantendrá sus intenciones de no volver a jugar en Europa, pero podría hacerlo en clubs como el Estudiantes, único equipo de la Liga Endesa en el que no hay cheerleaders por política del club.