El equipo de D´Antoni ha visto cómo el Oeste se ha puesto más duro que nunca, una Conferencia en que cada puesto será peleado con tremenda dureza. Ante esta visión, los Rockets han apostado por un base de grandísimo calibre que, junto a Harden, serán los líderes de un equipo que, aunque hayan tenido un verano firme, probablemente han acabado con peor sabor de boca del que pretendían.
Llega Chris Paul, se acabó el Harden base?
Lo primero es hablar de su gran incorporación: Chris Paul. Desde luego es un grandísimo «floor-general» y que aportará mucho a los Rockets, pero su llegada también deja ciertas dudas: ¿es el jugador que necesita Houston?, ¿ha merecido la pena tantos jugadores por él? o la más recurrente, ¿ por qué se trae a él si Harden estaba jugando a un nivel superlativo de base?.
Puede que la posición de base no fuera la que más dejara que desear el año pasado en Houston, pero aún así un base como Paul es siempre un plus en el equipo. La pérdida de jugadores como Patrick Beverley, Louis Williams o Sam Dekker ya es algo que puede ser más sensible, eran jugadores que, aunque no eran piezas importantísimas, conformaban uno de los banquillos más equilibrados de la NBA. Este año ya no habrá tanta profundidad, sino más aportación del quinteto titular.
La última pregunta tiene difícil respuesta, puesto que Harden fue de base un excelente jugador y mostró un grandísimo nivel, siendo el líder en asistencias por encuentro de toda la liga (11,2). Además, aportó un gran número de puntos y de rebotes que le valieron el segundo puesto en la carrera por la MVP. El movimiento que trae a Paul a los Rockets indica una vuelta de Harden al puesto de escolta. Esto hará que sea CP3 el que sea el organizador del equipo y que maneje la batuta de su juego y Harden el ejecutor, el encargado de anotar y aprovechar su amplio repertorio en ataque para que se centre en abultar el marcador y dejar la organización del juego a Chris Paul. Aún así, es probable que en ocasiones, «La Barba» ejerza esa función de distribuidor cuando Paul tenga minutos de descanso, ya que tener un backcourt de tales garantías, permite a D’Antoni poder tener a uno de los dos siempre en pista.
Los Rockets perdieron a Beverley, Louis Williams, Sam Dekker y Harrell en el traspaso con Los Angeles Clippers lo que causará una pérdida en profundidad. Sobretodo en la defensa, donde Beverley era una pieza fundamental ejerciendo de ancla en el perímetro y defendiendo siempre a la estrella exterior rival, y Williams era un excelso anotador de banquillo, un microondas que revolucionaba los partidos desde su habilidad con el bote y su acierto exterior. Aunque Chris Paul también es un genial defensor y así lo atestiguan sus numerosas presencias en los mejores quintetos defensivos, la intensidad y piernas de Beverley no las posee el ex de los Clippers, y pese a que CP3 también puede aportar un gran número de puntos, es innegable que la pérdida de Lou se hará notar en una segunda unidad donde ahora recae todo el peso ofensivo en Eric Gordon, dueño del último premio al mejor 6º hombre.
Soldados que se crecen cuando suenan los Playoffs
A parte de Paul, han llegado a Houston Luc Mbah a Moute desde los Clippers y P.J. Tucker desde los Suns, dos jugadores que aportarán desde el banquillo, siendo Mbah a Moute un alero que añadirá intensidad y P.J. Tucker reforzará la defensa de la segunda unidad. Ambos jugadores, ya veteranos y curtidos en mil batallas, crecerán en importancia a medida que el calendario se torne más exigente. Una vez llegados los Playoffs, jugadores de este perfil se vuelven vitales para cualquier entrenador.
El único lunar en el verano de los Rockets es sin duda un hombre: Carmelo Anthony. Su traspaso a los Thunder, un rival directo de los tejanos en la zona alta del Oeste, deja un sabor muy agridulce en los despachos que dirige con maestría Daryl Morey. Parecía evidente que el ex alero de los Knicks parecía destinado a formar un temible «Big Three» con Paul y Harden y que el propio Melo estaba presionando para poder salir a Houston. Los Knicks, viéndose obligados casi con total seguridad a «comerse» el tan tóxico contrato de Ryan Anderson (60 millones en los próximos 3 años), decidieron aceptar la propuesta de Oklahoma que incluía a Kanter y McDermott, jugadores que podían ser mucho más aprovechables en el plan de rejuvenecer al equipo de la «Big Apple».
Será este el año del MVP para La Barba?
James Harden tiene este año una oportunidad única: con el mejor base organizador de la liga y un equipo que jugará para él, debe ser su año y por fin conseguir ese MVP que lleva tanto tiempo escapándosele de las manos. Será el referente principal en ataque y, con su increíble capacidad para encestar tanto desde la lejana como desde la media distancia y su dribling que ha dejado a jugadores como Ricky Rubio por los suelos. Tiene que ser el año también en el que Harden por fin demuestre lo potente que es su equipo y logre, por lo menos, llegar a las Finales de Conferencia, un lugar que ,ahora más que nunca, será complicadísimo llegar puesto que equipos como los Spurs, Thunder o Timberwolves también aspiran y por nada dejarán escapar su oportunidad. Para llegar, Harden debe mostrar que es uno de lo jugadores más completos ofensivamente y más decisivos en la actual NBA.
Si Chris Paul se adapta pronto al equipo, genera química con James Harden y el resto de jugadores importantes como Ryan Anderson, Capela, Gordon o Trevor Ariza rinden a un buen nivel, será dificilísimo eliminar a este equipo del que se presupone, estará entre los 4 mejores equipos de la Conferencia Oeste, junto con Oklahoma, San Antonio y Golden State.
El cohete está listo para despegar de nuevo, ahora con dos pilotos de primer nivel, con más velocidad y mejor motor. La meta está clara, aunque por el camino, muchos meteoritos a sortear.