Este viernes la NBA nos dejó un auténtico partido de gourmet que sin duda alguna no defraudó a nadie. Los Atlanta Hawks recibían a Golden State Warriors, los dos mejores equipos de la liga que, para más inri, también se midieron en el apartado de los triples, donde sus mayores representantes (Korver por el lado Hawk, y Curry y Thompson por Golden State) se medirán la semana que viene en el Concurso de Triples del All Star.
El duelo no defraudó, ni nunca pudo defraudar. La dinamita contra la roca, la electricidad contra el acero, la constancia contra el talento. La locura efectiva de Curry y Thompson contra el saber hacer y el dominio del espacio de los interiores de los Hawks. El resultado, 116-124 a favor de los de la Ciudad de la Coca-Cola, ya dice mucho de que anoche pudimos ver un gran encuentro.
El partido mantuvo la igualdad durante todas sus etapas, aunque con unos Hawks que se hicieron fuertes en su sobriedad. El particular duelo de triples acabó cayendo además de su parte con un fantástico 15 de 27 (55%) de acierto. Kyle Korver consiguió 5 triples de nueve intentos, por los 8 de 17 de los Splash Brothers.
Más allá de las buenas actuaciones de sus estrellas, el partido se decidió en buena parte gracias a la segunda fila de los Hawks. DeMarre Carroll se lució a ambos lados de la cancha, mientras que la aparición de Mike Scott (17 puntos y 3/3 en triples) rompió el partido a lo largo del tercer cuarto. ¿Estaremos ante una próxima final de la NBA? Muchas cosas tienes que pasar para llegar hasta eso, pero lo que ya podemos tener seguro es que de ser así estos dos equipos no nos van a defraudar.
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