Desde que la primera noche NBA de la temporada pasada Gordon Hayward sufriera esa dolorosísima lesión (de sentir y ver en pantalla) a los cinco minutos de partido contra los Cavaliers.
Toda la liga se quedó helada. Hayward era el fichaje estrella de los Celtics hasta por encima de Kyrie Irving. Después de aquello se inició una recuperación de más de un año que hizo que volviera el pasado mes de octubre. Pero hasta ahora, Hayward no estaba rindiendo ni cerca de lo que fue. Al jugador le seguían «faltando confianza en los movimientos», según explicó él mismo.
Pero este sábado, contra los Timberwolves, llegó el partido que esperaba: 30 puntos, 9 rebotes y 8 asistencias, rozando el triple-doble. Hayward no superaba los 30 puntos desde mayo de 2017, cuando jugaba con los Jazz.
Stevens lo había dejado en el banquillo las últimas jornadas
Hayward hizo su partido saliendo desde el banquillo, una posición ya común pese a debutar como titular a pesar de las ausencia anoche de Jaylen Brown. El jugador dijo después “estoy avanzando lentamente. Creo que mi confianza también está regresando”.
La actuación de Gordon Hayward hizo que los Celtics lograran su tercera victoria seguida después de comenzar con dudas la temporada. Kyrie Irving llegó a afirmar esta semana que el equipo «estaba a punto de explotar», aunque muchos analistas vieron esto como un toque de atención más que un aviso real.
Los Celtics marchan actualmente sextos del Este con 13 victorias y 10 derrotas, empatado a victorias con Pistons y Pacers, cuartos y quintos respectivamente.