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Generación #Draft2012: Drummond, Bradley Beal y Barnes quieren su parte del pastel
Ejercerán por primera vez el derecho a disfrutar de una agencia libre.
Estos chavales quieren su paga, y se la han ganado. El trío de jugones no han llegado a un acuerdo de extensión de contrato con sus respectivos equipos y ejercerán por primera vez en su carrera el derecho a disfrutar de una agencia libre a partir del próximo verano, a no ser que firmen un contrato antes del 2 de noviembre.
Las otras grandes estrellas de su generación ya se arreglaron con sus respectivas franquicias: Anthony Davis pasó a firmar por sus Pelicans por el mayor contrato de la historia de la NBA hasta el momento (145 millones, cinco años), Damian Lillard le ha costado a los Blazers la friolera de 125 millones a repartir en cinco años, mientras que los Hornets blindaron a Kidd-Gilchrist por 52 millones en cuatro temporadas -algo que ya les está saliendo caro tras la grave lesión del alero.
A diferentes escalas, se trata de tres jugadores que atraerán mucha atención durante ese periodo solo comparable a la famosa escena de El lobo de Wall Street en la que se abre el mercado financiero. Todo son, «compra, firmas» de los equipos más necesitados y Dios quiera que la parte contratante no se lleve por medio a una abuelita con la bolsa del pan mientras persigue a la libre, aka agente de jugador. Y mientras tanto, la estrella en su hogar jugando al 2K o sacando brillo a sus trofeos. Ya está bien de deliberar, ¿no? ¡Vamos al turrón!
Andre Drummond, Detroit Pistons (No. 9 Draft 2012, desde Connecticut)
Posiblemente el mayor caramelito de la agencia libre después de Kevin Durant, y no precisamente porque sea el mejor jugador del mercado. La total ausencia de talento en la posición de cinco, que ha convertido a DeAndre Jordan en uno de los mejor pagados de la liga este verano, ha supuesto un quebradero de cabeza para todos los GM de la NBA.
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Contar con Drummond en las filas de cualquier equipo es una oportunidad de oro. Su físico es envidiable y le hace una amenaza en cualquier faceta: puntos, rebotes, tapones, defensa,… Hace bien en dejarlo todo para verano porque será de los afortunados que podrá elegir entre cheque o posibilidad de anillo. Detroit ha construido en torno a él dejando marchar a Greg Monroe el pasado verano, pero poco le debe a un proyecto que no parece llevar a ningún sitio.
Bradley Beal, Washington Wizards (No. 3 Draft 2012, desde Florida)
«Mami abre el panal, que vengo yo a cobrar». Improvisada y más o menos acertada, es una frase con la que Beal podría entrar en el despacho de su general manager a negociar los términos de su contrato. La respuesta de los Wizards sin embargo, ha sido sabia: «Vamos a esperar hasta junio». Os explicaré por qué.
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La agencia de este verano tiene como objetivo número 1 a Kevin Durant. Se ha venido especulando con la idea de que KD vuelva a su hogar, Washington, al estilo del regreso de LeBron James. Los de la capital se van a dejar todas las papeletas en intentar hacerse con el MVP de 2014, y solo entonces Bradley podrá decidir, cobrar un cheque desproporcionado o formar un ‘Big Three’ temible junto a Durantula y John Wall. No te precipites Brad.
Harrison Barnes, Golden State Warriors (No. 7 Draft 2012, desde North Carolina)
En este caso, la situación es completamente diferente. Harrison Barnes ofreció grandes sensaciones al comienzo de su carrera, pero la aparición de nuevas figuras en torno a los Warriors como Iguodala o Draymond Green le han relegado a una posición de banquillo.
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Si decide quedarse en el mejor equipo de la liga a demostrar su valor, o marchar a otro equipo en el que pueda tener un papel más protagonista y mostrar su valía, solo depende de él.
Bonus: Dion Waiters, Oklahoma City Thunder (No.4 Draft 2012, desde Syracuse)
Este es el gran Expediente X de esta generación. El escolta ha dejado grandes momentos en la liga, nublados a menudo por una tremenda inestabilidad y falta de química con sus compañeros a lo largo de su trayectoria profesional.
Los Cavaliers decidieron enviarlo a Oklahoma City, donde a pesar de ofrecer luces y sombras han querido retenerle. El problema de Thunder es que tiene poco margen de negociación, ya que se están centrando en evitar lo que sería el hundimiento del equipo: la marcha de Durant. Su posible extensión de contrato, sigue en el aire.